"Le apuñalé porque golpeó a mi madre en la cabeza con un martillo con punta. Sólo quería defenderla". De esta manera justificó ayer su actuación Javier F. C., el vecino de La Arena de 56 años acusado de intentar matar a puñaladas a su hermano en el domicilio familiar que ambos compartían en la calle Canga Argüelles en enero de 2015.

El reo reconoció ante el tribunal de la sección octava de la Audiencia Provincial que tenía una mala relación con la víctima, su hermano de 52 años que llevaba poco tiempo residiendo en la vivienda. La Fiscalía pide para el ahora procesado una condena de 13 años de cárcel al considerarlo responsable de un delito de homicidio en grado de tentativa.

Las versiones de demandante y demandado difieren en lo fundamental. Mientras que el presunto agresor aseguró ayer ante el juez que había sido su hermano en primero en golpear con el martillo y que él sólo intentaba defenderse a sí mismo y a su madre octogenaria, la víctima argumentó que recibió la primera puñalada casi "sin mediar palabra". "Me había cerrado la puerta de casa. Cuando mi madre abrió y conseguí entrar en el piso me acerqué a él a pedirle explicaciones de lo que había hecho y me embistió con el cuchillo, por eso fui a mi habitación a por el martillo, para evitar que me matara", relató el denunciante a preguntas del ministerio fiscal. "Quería seguir acuchillándome y tuve que pararlo", enfatizó. La víctima reconoció que el día de los hechos se había enfadado con su hermano porque "había estado hurgando en mi habitación".

La trifulca estuvo a punto de acabar en tragedia. "Las heridas hicieron que el agredido sufriera un riesgo vital importante", señalaron durante el juicio los forenses. La psicóloga que examinó al reo en la cárcel de Villabona -en la que lleva desde el año pasado cumpliendo una orden de prisión provisional dictada tras su arresto-, descartó por su parte que el acusado tenga algún tipo de enfermedad mental que le hiciera no ser consciente de sus actos. El juicio quedará hoy visto para sentencia.