"Es un hito operístico para la ciudad". Así describió ayer el musicólogo y profesor Alejandro González Villabrille el montaje de "Nabucco", la obra que Verdi (1813-1901) estrenó en La Scala en 1842, que sube hoy al teatro Jovellanos (está programada otra función para el próximo domingo) al ser el coliseo municipal uno de los coproductores, junto con Ópera de Oviedo, el Baluarte de Pamplona, el Teatre Principal de Palma y el Theater Saint Gallen, de esta versión con dirección musical de Gianluca Marcianó y de escena del asturiano Emilio Sagi.

"Es un lujo y hay que subrayar (la participación gijonesa) en esta producción de primerísima calidad", abundó Villabrille. Éste participó, junto con la mezzosoprano María Luisa Corbacho y el tenor Enrique Ferrer (defienden en este "Nabucco" los roles de Fenena e Ismaele) en uno de los encuentros "Ópera Universidad" para acercar al público conocimientos y detalles de obras que se programan tanto en el Campoamor, en Oviedo, como en el Jovellanos, en Gijón. El Ayuntamiento ha aportado 138.000 euros a esta coproducción.

Los tres coincidieron en la importancia de "Nabucco" en la trayectoria musical y vital de Verdi. Y no sólo por la importancia política y simbólica que los italianos, en pleno conflicto por la unificación del país, dieron al coro "Va pensiero" o por la dificultad vocálica del papel de Abigaille (se dice que acabó con la carrera de la Strepponi, amor de Verdi), sino también porque supuso una ruptura con el "belcantismo" y un ejemplo de renovación.

"Verdi hace una ópera romántica y busca una unidad dramática que no existía hasta entonces; tiene un modelo teatral y una extraordinaria caracterización de los personajes", explicó el doctor en Musicología, para quien en "Nabucco" hay ya un sonido verdiano, propio.

"Es una ópera maravillosa, tanto para los que conocen como para quienes van por primera vez al teatro; es una obra en la que hay muchos sentimientos, yo doy gracias por la existencia de Verdi", indicó María Luisa Corbacho, en referencia a que el compositor supo plantear conflictos humanos y dar relieve escénico a las voces graves. "'Nabucco' es un pelotazo", dijo gráficamente Enrique Ferrer, antes de elogiar la dirección que ha hecho Emilio Sagi: "A su manera, trae esta ópera a la actualidad".