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Telvi de Garbelles, el alma de la aldea

Etelvina Meana, de Caldones, que dedicó toda su vida al campo, distinguida en el anual homenaje a la mujer de la zona rural

Por la izquierda, Eloina Blanco, Consuelo González y Ángeles Díaz. JUAN PLAZA

"No estoy nerviosa. Me hace ilusión, pero lo que más me presta es reunirme después con mis amigas". Etelvina Meana Menéndez, más conocida como "Telvi de Garbelles", fue ayer la persona distinguida en el Ayuntamiento de Gijón en el Homenaje a la Mujer de la Zona Rural. Esta vecina de 83 años de Caldones estuvo acompañada por su nieta Patricia, y aunque en principio iba muy tranquila, acabó emocionándose con las muestras de cariño y tras recordar la alcaldesa de la ciudad, Carmen Moriyón, que "su gran corazón y amabilidad le hacen ser una persona muy querida en Caldones".

Viuda de José Castelo desde hace cuatro años, madre de José Alberto, abuela también de Lucía y Paula, y bisabuela de Mauro, Diego y Candela, vivió ayer una jornada especial. Al homenaje no faltaron algunas de sus amigas de siempre, como Carmina, Tere e Isabel. Telvi refleja el espíritu de la mujer trabajadora. La que dedicó toda su vida a la familia y al campo. "Empezaba a trabajar cuando amanecía y hasta que se hacía de noche", señaló. "Trabajamos la huerta, arbeyos, cebolleta, coliflor... y luego bajaba a venderlo a la plaza a Gijón", añadió.

Debido a la edad duerme con sus familiares en Gijón, pero sigue pasando el resto de las horas del día en su Caldones, el lugar en el que nació y que para Telvi es único. "Caldones tiene mucho éxito. Es un sitio muy soleado, bastante tranquilo y con río", destacó para alabar la parroquia que ha sido su vida y que tanto ha cambiado con el paso de los años. "Antes había tres molinos donde se sembraba maíz y trigo. Ahora nada. La juventud no quiere saber nada con la aldea", resaltó.

El único golpe que le dio la vida fue la muerte de un hijo, Juan Ramón, con solo 32 años. El único mal momento que ha vivido durante una vida muy feliz, con el recuerdo de su juventud cuando iba a los bailes a Vega, La Camocha y Baldornón, sus 44 años de casada, y sus tardes a día de hoy disfrutando con sopas de letras, crucigramas y leyendo revistas.

Telvi ejemplica a todas esas mujeres de la zona rural que a base de esfuerzo y trabajo acabaron con las diferencias que existían con la mujer de la ciudad. "Antes íbamos más atrasadas en todo, en salir, en vestir o en la forma de relacionarnos. Ahora ya no hay diferencia entre la mujer rural y la de ciudad", apuntó esta vecina de Caldones,

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