Dentro de poco los usuarios podrán sentarse en los vehículos sobre tapicerías especiales, más resistentes a la suciedad y al agua. Será gracias a uno de los trabajos que coordina Prodintec desde Gijón, el proyecto europeo Power para la aplicación del textil con plasma atmosférico, que ya está en fase de producción.
Se trata de un proyecto que ya se puso en marcha en diciembre de 2013, con un presupuesto de 1,5 millones de euros y que tiene su baza principal en el gran ahorro de sustancias contaminantes y de agua en el proceso de creación de los textiles. Tras dos años de estudios y pruebas, las primeras telas elaboradas con el desarrollo propuesto por Prodintec ya se están produciendo en Italia, y los resultados son "muy buenos", explican Almudena González y David Cereijo, responsables del proyecto en Prodintec. Los gijoneses se han encargado de la parte técnica, es decir, de la fabricación del equipo de plasma que se puede incorporar a la línea de producción sin interrumpir el proceso tradicional.
De Prodintec ha salido un ingenio parecido a un telar en el que se enrollan los textiles para aplicarles el plasma atmosférico, un gas ionizado, con carga eléctrica, que modifica la superficie de los tejidos para favorecer que los productos químicos de acabado se adhieran más fácilmente. Con ello se consigue ahorrar un 25 por ciento en productos químicos de alta toxicidad, un 75 por ciento de energía y un 70 por ciento de CO2 y metano. El plan es poder llegar a un proceso "totalmente en seco, sin usar agua", señalan los responsables.
En el proyecto participan además la empresa asturiana Idesa y entidades extranjeras como Centexbel, Grinp, Aunde, principal productor de textiles para automoción, y el centro de investigación de Fiat. Gracias al plasma, las tapicerías de los vehículos de la mayor parte de las marcas comerciales existentes serán capaces de repeler las manchas y el agua. La máquina construida en Gijón ya fabrica en la planta de Aunde a las afueras de Turín, y en los próximos meses se espera una producción de 900.000 metros cuadrados de textil . Junto al proceso de producción se lleva además a cabo un control de evaluación del impacto ambiental con la aplicación de la tecnología del plasma. "Evaluamos el consumo de agua, la huella de carbono, los consumos, las aguas residuales y también el impacto que se genera en lo que se refiere a la utilización de materias primas", apunta David Cereijo.
Por ahora el proyecto Power está centrado en la elaboración de tapicería de automoción, pero el potencial de esta tecnología aplicada al textil puede ser enorme. Empresas como Ikea, interesada en dar el tratamiento a sus sofás, o Goretex, para sus prendas de deporte y montaña, ya han expresado a Prodintec su interés para aplicar la máquina de plasma a sus producciones en un futuro.
Tecnología que parece llegada del futuro que ya opera en el presente con excelentes resultados. Y con todo un campo por delante para explorar.
