Adrián Arias será ratificado mañana en asamblea como nuevo presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Gijón (FAV), un cargo que ha logrado con el apoyo de más de veinte grupos vecinales de las 29 entidades que forman la federación. Proviene de la Asociación de Vecinos de Vega-La Camocha y ha formado parte, como secretario, de la anterior directiva de Tita Caravera, la presidente saliente. Asume con responsabilidad un reto importante en una ciudad con muchos frentes abiertos.
-¿Cómo afronta el nuevo cometido?
-Ilusionado con la responsabilidad más que con el puesto. He ido a ver a casi todas las asociaciones vecinales y en todas he encontrado la puerta abierta y mucho diálogo.
-Sucede en el cargo a Tita Caravera.
-Siempre ha confiado y apostado por mí, y era complicado porque tenía 22 años cuando entré en el movimiento vecinal. Para mí es una maestra y tengo que agradecerle esa apuesta y esa confianza.
-¿Habrá mayor implicación de las asociaciones "Fumeru" de El Llano o la de El Coto, distantes en los últimos años?
-Han avalado la candidatura que encabezo y hay una vía de diálogo totalmente abierta. Volverán a trabajar en la FAV y nos dejaremos la piel por la unidad de movimiento vecinal.
-Llega en un momento con muchos frentes abiertos...
-Hay muchos retos que deben tener respuesta vecinal. Me lo planteo en tres porciones. Primero, dar respuesta a problemas en infraestructuras como el Plan de Vías, el Plan General de Ordenación, Plan de Movilidad. Segundo, la contaminación. Seguimos trabajando y estamos consiguiendo cositas. Apoyamos a la industria y el trabajo que crea en Gijón y sabemos que los procesos productivos generan contaminación pero si a los grandes empresarios no se les exige inversión para esas situaciones no van a invertir en ello. Queremos trabajo, sabemos lo importante que es la industria para Gijón pero no a cualquier precio. Y tercero, ahondar en la participación, pasar de una democracia representativa a una participativa.
-Son beligerantes contra la contaminación. Una lucha que comparten con la alcaldesa Carmen Moriyón. ¿Hay buena sintonía con el Ayuntamiento?
-La alcaldesa es responsable del medio ambiente y ha tenido una respuesta muy satisfactoria. Es de agradecer pero es lo que tiene que hacer una alcaldesa. El problema es grave, así lo dicen los estudios universitarios. Pero más que beligerantes somos críticos con una tolerancia que existía con respecto a las emisiones contaminantes y que ha llegado a ser insostenible. Hay que concienciar a la gente, trabajar y ayudar.
-La puerta parece más cerrada con la Consejería de Fomento. Dice el dicho que si quieres que algo no funcione, crea una comisión.
-En esa comisión hemos hecho mucho ruido y ha servido. Ruido constructivo, estamos en la crítica y en la aportación. Antes no había ninguna investigación, ni se abrían expedientes a empresas contaminantes y gracias al movimiento vecinal se han hecho muchos avances. La consejería que encabeza Belén Fernández está poniendo muchos impedimentos. El primer paso para solucionar un problema es saber que se tiene y Belén Fernández no asume que el problema de la contaminación existe.
-Con el Ayuntamiento, en cambio, no hay tanta afinidad con la ordenanza ciudadana. ¿Cómo va la negociación para su revisión?
-Se está modificando y se ha llamado a la participación ciudadana. Más allá de acabar con el botellón la ordenanza ha servido para multar mendigos, criminalizar a personas en situación de exclusión social. No hacía falta tanta regulación para algo que ya venía regulado. Hay que conciliar que Gijón es una ciudad dinámica y abierta con el descanso de los y las vecinas de Gijón. Tampoco creo que criminalizara a la juventud. Lo importante es la convivencia, el respeto y conocer nuestra ciudad. La situación en Cimadevilla era alarmante, y las medidas han sido efectivas pero hay que trabajar el otro aspecto, el educativo y de concienciación social.
-Las obras. Gijón de calles cortadas. ¿Cómo lo valoran?
-Hay que hacer la ciudad más cómoda para sus vecinos. Pedimos que gobierne, que trabaje y ponga sus esfuerzos en que las obras se solucionen. A veces no es culpa de la acción del gobierno, otras sí, pero se debe acabar con el bloqueo, no podemos seguir así porque Gijón está mal. El Ayuntamiento tiene que ponerse serio y a funcionar ya.
-En el Plan de Vías reclamaron más participación ¿Les han hecho caso?
-Seguimos con lo mismo: plazos, inversión y proyectos. De ahí no nos van a mover. Se necesita más diálogo y hay que avanzar.
-Nadie quiere cerca la "Semana negra". ¿Habrá que eliminarla?
-No se entendería Gijón sin "Semana negra" ni viceversa. Es un de los eventos con mayor participación pero es grande y genera problemas, igual que El Rocío en Andalucía o las Fallas en Valencia y nadie piensa en quitarlos. Hay que buscar alternativas a los problemas y hemos avanzado en la reunión del pasado lunes en tema de seguridad, limpieza, medición del ruido. Desde la FAV lo que podemos hacer es ayudar a que se encuentren medidas para que se disfrute sin perjuicio de nadie.
-Ha sido secretario de organización de IU de Gijón. ¿Se puede ser político y vecino?
-Todos somos políticos. Ser vecino o vecina y político o política debería ser casi obligatorio porque es una categoría de que te implicas en la ciudad, participas de sus decisiones. Vecino es alguien que está vivo en una ciudad y eso ya es hacer política.
-¿Y se puede ser de un partido y de acción vecinal?
-Cuando asumí una responsabilidad dentro de IU dimití de mis funciones en el movimiento vecinal. Son incompatibles. Mi generación es la del 15-M y lo entendemos a la perfección, hay que separar muy bien la actividad partidista del movimiento social.
-¿Hay temor a que se les acuse de falta de independencia?
-Independiente es que no vive la ciudad. La FAV es viva, dinámica y autónoma. Tomamos las decisiones en base a las 29 asociaciones federadas, que los primeros lunes de cada mes se reúne en junta directiva y posiciona a la FAV en los grandes temas de Gijón.
