Al menos diez mil euros por tres abrazos. Es el carísimo balance de los últimos días en Gijón del "hurto cariñoso", como lo ha dado en llamar la policía, un método de robo que se ha popularizado en la región y que en el fin de semana se cobró al menos tres víctimas en Gijón. En la Comisaría de El Natahoyo se investigan tres hurtos cometidos en los barrios de Roces, Somió y Laviada por los que podrían ser los integrantes de una misma banda cuyo "modus operandi" es sencillo: abordar a personas mayores o en delicado estado de salud para pedirles limosna, ropa usada o algo de dinero y mientras agradecen la respuesta del incauto con algún cariñoso abrazo o otro método de acercamiento corporal, les llevan algún objeto de valor. Según la policía, en los últimos casos que se han dado en Gijón las "cariñosas" son dos mujeres que se bajan de un vehículo conducido por un hombre. Según las declaraciones de los desafortunados, por su aspecto podrían ser extranjeros.

El primero de los hurtos que se sucedieron este fin de semana ocurrió el sábado, a las 11 de la mañana, en el barrio de Roces, donde las dos mujeres abordaron a una gijonesa de 69 años cuando salía de su domicilio. Con su abrazo se llevaron un colgante de oro valorado en 2.000 euros. Dos horas mas tarde, en las inmediaciones de la iglesia de Somió, la abordada fue una mujer de 81 años; el cariño que le demostraron las mujeres tuvo un precio: el reloj de oro que llevaba en la muñeca. El domingo, por último, fue un vecino del barrio de Laviada quien al ir a entrar a su portal fue abordado por las dos mujeres que le pidieron ropa usada. Cuando éste accedió a dársela se deshicieron en gestos de cariño con los que le quitaron un reloj Rolex de oro valorado en 6.000 euros. En Asturias ya había denuncias por hechos similares ocurrido en verano en Gijón, Avilés y Langreo. En aquella ocasión se identificó a tres personas de un grupo criminal; se investiga si ahora son los mismos.