Un exagente financiero aceptó ayer en la sección octava de la Audiencia Provincial de Asturias una condena de tres años de cárcel después de reconocer ante el tribunal que había estafado 234.000 euros a una decena de pequeños inversores que le habían confiado sus ahorros en los últimos años. El abogado del reo llegó a un acuerdo con el fiscal encargado del caso, que en un principio solicitaba una condena para el procesado de cinco años y cuatro meses de privación de libertad. El gijonés deberá además devolver a sus clientes y a la entidad para la que trabajaba el dinero estafado.

Los hechos ahora clarificados en sede judicial se iniciaron en el año 2001. El condenado, de 66 años, aprovechó desde entonces y durante casi una década su puesto de trabajo como agente financiero para quedarse con el dinero de sus clientes. El ministerio público aseguraba en el escrito de conclusiones provisionales presentado en el juzgado y ahora admitido por el ex agente financiero que el reo se había aprovechado "de la relación personal y directa que entabló con sus clientes" con los que mantenía "una estrecha confianza y en ocasiones amistad". Esta relación le permitió, tal y como apuntaba la Fiscalía, "iniciar y desarrollar una especie de banca paralela al margen de la contabilidad oficial". Gracias a estas operaciones el acusado "no ingresaba en la caja del banco ni contabilizaba en sus libros" el dinero que le daban sus clientes. El extrabajador del banco "desvió y utilizó en provecho propio" el dinero de hasta una decena de inversores. A uno de ellos llegó a "quitarle" más de 84.000 euros que ahora le debe devolver.