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La Policía detuvo a dos acusados de agredir a sus parejas la noche del crimen de Roces

Los agentes intervinieron en casos de violencia de género en los que las víctimas presentaban lesiones

El caso de Silvia Hernández Álvarez -la mujer asesinada el pasado fin de semana en el piso de su novio en la calle Carpinteros-, no fue el único episodio de violencia de género registrado por la Policía Nacional el pasado fin de semana, aunque sí el más grave. Los agentes de la Comisaría de El Natahoyo detuvieron en la noche en la que se produjo el homicidio de Roces a otros dos vecinos de la ciudad acusados de maltratar a sus parejas.

El primer suceso de este tipo tuvo lugar poco antes de las once y media de la noche en una vivienda de la calle Ramiro I. Los funcionarios de la Comisaría de El Natahoyo acudieron al inmueble alertados por la víctima de esta agresión. La mujer aseguró a los agentes que su marido había llegado a casa minutos antes en estado ebrio. Después de quitarle el teléfono móvil el ahora procesado forcejeó con la denunciante, provocándole varias lesiones en las muñecas. El hombre fue detenido y trasladado a los calabozos como presunto autor de un delito de lesiones por violencia de género. Ahora será la víctima la que decida si quiere interponer una denuncia contra su pareja y continuar con el procedimiento judicial solicitando una orden de protección que impida que vuelva a producirse una agresión.

El segundo delito de este tipo se registró a eso de las dos de la madrugada en un piso de la avenida de Pablo Iglesias. El detenido en este caso llegó a casa enfadado porque "no le quedaba hachís" y le propinó un fuerte bofetón a su pareja. La mujer llamó a la Policía. Como en todos los casos los agentes informaron a la víctima de las posibilidades que tenía para iniciar un procedimiento penal contra el agresor.

Lo cierto es que, a pesar de estos dos ejemplos, los expertos aseguran que en muchos casos -como en el de Silvia Hernández-, no son las víctimas las que acuden a la Policía. Son los vecinos los que alertan de las situaciones de violencia que se están viviendo en domicilios cercanos. La Policía llegó a intervenir hasta en cinco ocasiones en los últimos seis años en la vivienda de la última muerta por violencia de género en la ciudad. En todas las ocasiones habían sido los vecinos los que habían alertado de la situación que se estaba viviendo en el domicilio. En este sentido la Jefa del Servicio de Atención a la Familia de la Comisaría, Teresa Domínguez, enfatizó el año pasado la importancia del diálogo policial con la víctima. "Cuando tenemos conocimiento de algún caso, por ejemplo por una actuación policial en la calle, tenemos que utilizar el diálogo como arma", relató la inspectora encargada de los asuntos de violencia de género.

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