Hace menos de un año, el pintor vasco Jon Landa (Beasáin, 1969) exponía en la galería gijonesa Viki Blanco-El Arte de lo Imposible. Era su primera muestra en Asturias. Y para aquella presentación eligió una serie de paisajes urbanos en los que el magisterio de Alejandro Quincoces, pintor también vasco, alentaba una figuración de signo muy personal que transparentaba una exquisita técnica que daba gran vigor a sus atmósferas, a las relaciones cromáticas y a una particular revisión de paisajes clásicos. Eligió para aquellos cuadros el título de "Lux". El artista inauguró el pasado viernes, en la la citada sala, "Humanimals". Es un título que responde fielmente a lo que el espectador encontrará: sorprendentes retratos de personas y animales. Conviene no poner etiquetas a este autor, pese a que es un nombre valioso de la nueva figuración.

-¿Qué hay de distinto en esta exposición respecto a la que colgó en el mes de abril del año pasado.

-Muchísimas cosas, creo. Técnicamente hablamos, quizás, de lo mismo, pero la temática es muy diferente. Aquí hay retratos de figuras humanas y de animales, con formatos y tamaños que imponen más.

-¿Por qué la decisión de utilizar formatos mayores?

-Me parece que el tamaño es importante en los retratos al dar mayor solidez y presencia a la imagen. Y, también, porque en los retratos trabajo la gestualidad de manera un poco más agresiva sobre el lienzo. En un tamaño pequeño, estaría mucho más constreñido.

-En "Humanimals", donde rompe con los paisajes urbanos pinta de igual modo a humanos y animales...

-Sí, en realidad me los planteo de la misma manera: seres vivos, una figura a la que yo represento y a la que quiero dar la misma entidad. Como los retratos de animales están en formatos mayores, casi tienen una presencia más sólida.

-Sigue fiel al hiperrealismo.

-Bueno, yo diría, mejor, que a un realismo resuelto a mi manera.

-¿En qué consiste ese realismo resuelto a su manera?

-Es que no sé si llamar hiperrealista a mi pintura. Sé que el resultado es una imagen muy fiel a la realidad, pero a la vez es como muy abstracta; si nos fijamos, hay zonas de los cuadros que son abstracciones, aunque sí, al final, hay una figuración muy fuerte. Mi pintura es una pelea continua entre el mantenimiento de las manchas, esa abstracción, y un resultado final que transmita una figuración.

-¿Cómo se plantea este tipo de pinturas?

-Normalmente parto de una fotografía, que trabajo luego -y cada vez más- en el ordenador, para ver luces, tratamiento de fondos, composición? Y cuando tengo claro qué es lo que quiero representar, me pongo a pintar.

-En estos retratos, opta en unos por el color y en otros por el blanco y negro. ¿Por qué?

-Tiene que ver con la imagen. Por ejemplo, la cebra me pide el blanco y negro; es como si no tuviera sentido trabajar ahí con el color. Lo mismo me sucede con el rinoceronte. Por resumir, es la imagen la que me lleva al color o al blanco y negro.

-¿Y la elección de los personajes de los retratos?

-Es la vida y las circunstancias las que te llevan a pintar una cosa u otra. Todas las fotos de animales, a partir de las que pinto, están hechas por mí. Tengo Cabárceno muy cerca, así que hago rutas de safari fotográfico. Y en los retratos de personas, pues hay cosas que no están muy razonadas. Veo imágenes y, lo cierto, es que casi siempre opto por pintar personas de raza negra.

-¿No teme que la crítica pueda señalar que cae en una cierta pintura étnica?

-Para ser sinceros, no lo sé. Cuando pinto no pienso en esas cosas. Igual en la próxima exposición hay otra cosa.

-¿Ha abandonado la pintura urbana, por la que era más conocido?

-No, sigo trabajando en ese tipo de pintura. Lo que ocurre con las exposiciones de Viki Blanco es que hemos fragmentado, digamos, la obra al mostrarla en dos grupos de pinturas. En la anterior exposición colgamos los paisajes urbanos, mientras que ahora enseñamos estos retratos.

-¿Pintura urbana y retrato son sus dos grandes temas?

-Sí, pero soy un pintor abierto. Acabo de hacer una exposición en Barcelona en la que he colgado pintura urbana y retratos, pero también obra que tiene con ver la naturaleza, con los bosques.