Después de treinta y cuatro años ofreciendo arte a la ciudad, la galería Van Dyck cerrará sus puertas de forma definitiva el próximo jueves, 31 de marzo.

"Los recuerdos vienen por todas partes porque son muchos años de galería, pero en la vida llega un momento en que hay que ceder el testigo. Todo el mundo tiene un final", señala nostálgico Alberto Vigil-Escalera en señal de despedida de la sala, en la calle Casimiro Velasco. "Igual que las personas, las galerías nacen, crecen, se reproducen y mueren. Hicimos todo lo que pudimos y logramos un resultado de arte muy importante para la ciudad y del que han surgido ya otras tres galerías", añade Alberto Vigil-Escalera, que se muestra, además, orgulloso de los logros conseguidos por su familia.

"El motivo no es económico", incide, y argumenta su decisión de bajar la persiana de Van Dyck tras más de tres décadas abierta al público. Por un lado el fallecimiento el febrero pasado de su esposa, Angelines Pérez, gran aficionada al arte que en 1984 colaboró de forma activa en la inauguración de la primera sala de arte de la familia Vigil-Escalera y, por otro, la edad. "Llevo décadas al pie del cañón, tengo ochenta años y ya es una edad para ir pensando en retirarme. Pero seguiré a disposición de cualquiera que quiera preguntarme de arte".

Entre las cuatro paredes de la sala Van Dyck se han colgado exposiciones monográficas de artistas nacionales e internacionales de notable relevancia como Rafael Canogar, Luis Feito, Francisco Farreras, Josep Guinovart, Oswaldo Guayasamín, José Luis Sánchez o Benjamín Palencia. El elenco de artistas incluye también a Saura, Mompó, Bores, Millares, Clavé, Luis Gordillo, Vicente Arnás, Esteve Adam, Salvador Monto o Alejandro Mieres dentro de una larga lista.

La galería inició el año pasado una última exposición bajo el título "Fondo de Galería: 1981-2015" donde se han podido adquirir las obras de un nutrido grupo de artistas de primer nivel. En 1979 tiene su origen esta galería que nació en un apartamento de arte de la calle Ezcurdia. En 1984 se trasladó a Menéndez Valdés y adoptó el nombre de Sala de Arte Van Dyck, para, posteriormente, asentarse en su ubicación actual de la calle Casimiro Velasco, donde el próximo jueves echará el pestillo.

No obstante, Aurora Vigil-Escalera continuará con la tradición familiar y la actividad artística en su nueva sala, situada en la calle Capua e inaugurada en enero del año pasado. "Van Dyck se cierra pero continuamos con la nueva galería, que en este caso está proyectada al arte contemporáneo y a un arte más internacional", señala Aurora Vigil-Escalera, que continuará ofreciendo a Gijón el mejor arte internacional con el aval de su experiencia y tradición familiar.