La Junta Mayor de Cofradías y Hermandades Penitenciales de Gijón despidió ayer la Semana Santa con una merienda de confraternidad que estuvo precedida por una misa de acción de gracias en la iglesia parroquial de San Pedro y que contó con una amplia representación de las tres agrupaciones semanasanteras de la ciudad.

Ignacio Alvargonzález, su presidente y hermano mayor de la Santa Misericordia hizo una "valoración muy buena" por dos motivos. El primero, la organización. "Las procesiones salieron bastante bien y han mejorado en el orden y organización, la riqueza, modestamente, de los adornos florales de los pasos, el repertorio de las bandas de música, ha mejorado. Y también porque este año hemos notado mucha más asistencia quizás porque hubo buen tiempo y Gijón tuvo muchos más visitantes", valoró. Por contra, el punto débil fue la suspensión que obligó a suspender tanto la procesión del Domingo de Ramos como la del Viernes Santo. "Pero eso ya no depende de nosotros", reconoció Alvargonzález.

En cambio, José Ramón Fernández Costales, canciller general de la cofradía del Santo Sepulcro, aboga por el "no hay mal que por bien no venga" al ver como punto positivo que, tras suspender la procesión del viernes y desarrollarse la pronunciación de las siete últimas palabras de Jesús dentro de la iglesia de San Pedro, "abarrotada", "se apreció mucho más el famoso himno del Cristo Yacente dentro de la iglesia de San Pedro que en los exteriores". "Lo que me adviertes como tacha no lo recojo así. La única tacha que se puede poner es que la feligresía que estaba en el exterior de la iglesia no pudo participar en tan suntuoso homenaje al Cristo Yacente", añadió Fernández Costales.

La alegría del buen resultado de la Semana Santa, visible en el semblante de todos los cofrades en la merienda de ayer, la comparte Juan Rodríguez-Pládano, hermano mayor de la Santa Vera Cruz. "Es una valoración muy positiva porque ha dejado un buen sabor de boca, estamos encantado con el resultado y con la acogida de la gente", señaló. Además percibe un significativo aumento de público en las procesiones. "Suelo mirar el calibre por la procesión del martes porque es día laborable, tarde, y hubo muchísima gente. Aquí algo está cambiando", matizó. Tras el éxito de este año todos piensan ya en la próxima Semana Santa.