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Dos fiestas menos en el programa del verano

Las comisiones de Poago y Rioseco de Caldones interrumpen sus festejos de Santa Ana y la Milagrosa por falta de relevo

Uno de los festejos pasados de Santa Ana en Poago. ÁNGEL GONZÁLEZ

Al verano gijonés le van a faltar al menos dos fiestas de prao. Dos de los festejos tradicionales del calendario local, Santa Ana en Poago y la Milagrosa en Rioseco de Caldones, están por ahora desconvocados por la disolución de sus respectivas comisiones de festejos.

Tras muchos años "tirando del carro", como reconocen integrantes de ambas sociedades, el cansancio, las dificultades añadidas y alguna dolorosa pérdida de quienes más afán ponían en las celebraciones, ha llevado a que por el momento, y a falta de relevo generacional, no se vea continuidad a las fiestas.

En Rioseco de Caldones aún no se han podido reponer del fallecimiento, el pasado mes de enero, de Venido Sánchez Peón, marido de la presidenta de la comisión de fiestas, Carmen Pérez, y uno de los motores fundamentales de la fiesta de la Milagrosa. Más de treinta años -con algún bajón de intensidad y posterior recuperación-, según calcula Carmen Pérez, son los que llevaban comprometidos con la fiesta una serie de parroquianos que, por no ser, ya no son ni vecinos de un barrio de Caldones que se ha quedado despoblado. Era el suyo uno de los festejos singulares del concejo de Gijón, por lo recóndito del lugar de celebración y el hecho de que prácticamente todos los participantes son peregrinos que, cada uno a su manera, sienten el tirón que proyecta desde su pequeña capilla en el valle de Rioseco la Virgen de la Milagrosa. En su honor, a mediados de agosto se ha venido celebrando "el rito de los ofrecidos o amortayados", según se recoge en la información oficial municipal, en el que "participan personas que realizan el ofrecimiento de acercarse a la ermita transitando por les caleyes, dedicándolo a esta virgen con fama de milagrera".

"La comisión se acabó. Entre todos lo decidimos con muchísima pena, pero no nos vemos con ánimo para seguir y no hay relevo. Nadie es más que nadie, pero mi marido era un poco el que tiraba por todos, esa figura que siempre hay en casi todas las fiestas y que es la que transmite mucha ilusión al resto. Si alguien estuviera dispuesto a seguir, que sepa que en la medida que podamos les intentaremos dar todas las facilidades", explica Carmen Pérez, transmitiendo el pesar por poner un punto y aparte en la fiesta de la Milagrosa.

También con pena, pero con la tranquilidad de haber participado muchos años en la organización del festejo principal de la parroquia, se han quedado los miembros de la comisión de fiestas de Santa Ana en Poago. "En principio no sigue nadie. Convocamos una asamblea para debatir el tema y casi no hubo asistencia. Nadie quiere sabe nada de organizar la fiesta y los que llevamos casi tres décadas de seguido somos cuatro 'pelagatos' ya consideramos que nos llegó el momento de parar. Se quiere fiesta, pero que la haga otro, y eso no puede ser", sostiene Laudino García, presidente de la comisión. Dice que la expresión más gráfica de la falta de apoyo para organizar los festejos es que "tenemos un barraca nuestra, de 450 metros, y llevamos varios años que no la podemos montar por falta de gente, así que nos vemos obligados a pagar 1.500 euros de alquiler por una carpa que nos montan otros".

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