"Queremos seguir luchando hasta el último momento. Estamos jodidos porque es lógico, se acortan los plazos y nadie viene a decirnos la realidad. Pero por eso precisamente queremos seguir haciendo ruido. La próxima semana haremos asambleas casi todos los días, y más movilizaciones. Nos quedan quince días, más o menos; o hacemos algo o ya no nos queda nada". Los 48 trabajadores de Gijón Fabril, tras más de setenta días de encierro, no tienen pensado entregar la cuchara. Ayer mismo, en una asamblea, aprobaron recurrir el ERE de extinción de empleo, que les fue comunicado antes de Semana Santa.

Los servicios jurídicos de los sindicatos ya están trabajando en ello, aunque tendrán que sortear un inconveniente, dado que ya ha pasado el plazo para recurrir el ERE. Sin embargo, estudiarán posibles vías. Hasta ahora los trabajadores no tenían claro si abrir este frente, pero ayer quedó aprobado en asamblea.

Asimismo, acordaron plantear movilizaciones durante la semana que viene en la plaza de España de Oviedo, con el objetivo de que el Principado no se olvide de su situación. Su única vía de solución es la aparición de un inversor que adquiera la factoría de Porceyo, pero no lo ven claro. El último empresario, procedente de Azuqueca de Henares (Guadalajara), visitó esta semana la planta. La plantilla sospecha que no mostró demasiado interés. "Estuvo mirando maquinaria y el sistema de producción. Ellos hacen los mismo en un taller más pequeño. Apuntaron cosas, pero no vimos grandes intenciones, porque ni miraron cuentas. No tenemos muchas esperanzas en este inversor, y del otro (Ideas en Metal) no tenemos noticias, y no sabemos si va para adelante", explican representantes de la plantilla.

Aunque el juez ha puesto el 31 de mayo de tope para los despidos, la plantilla cree que el grueso se podría adelantar a mediados de abril, puesto que no entra dinero en la caja al no tener apenas carga de trabajo, pese a que Verallia, cliente de Gijón Fabril, se había comprometido a mandarles pedidos. "No cumplieron nada. Era para no manchar su nombre. Dijeron que iban a mandar, pero apenas enviaron algo para cubrir el expediente. Y eso que se les llegó a presupuestar a precio chino, y no lo aceptaron", lamentan los trabajadores.