Con tan sólo seis o siete años de edad pedía a los Reyes Magos, en el humilde hogar minero de Mieres, un libro de Geografía. Su vida de luchador infatigable comulga con aquellos versos de Bertolt Brecht. "Estudia obrero, libérate de tu impotencia: estás llamado a ser un dirigente". En esa escuela -la del aprendizaje, la entrega a la causa de la libertad y la honradez exhaustiva- se ha hecho a sí mismo Severino Arias Morillo (Mieres, 1935), a quien ayer, al cumplir 81 años, homenajeó la izquierda asturiana en Gijón. Un acto en el que se adunaron emociones e ideas y en el que su protagonista pidió, cargado de experiencias y de palos (a veces desde sus mismas filas), "la unidad de los trabajadores a través de los sindicatos".

Severino Arias ha sido tan importante para el sindicalismo asturiano de los últimos años que, quizás por eso, jamás ocupó los puestos de relumbrón que se reservaron otros con bastante menos pedigrí. Allá cada uno con su biografía y su currículum. Los suyos, sin mácula, bastarían para que le dedicaran algo (una calle, una plaza, unos jardines...) en su Mieres natal o en su Gijón adoptivo. Hay ocasiones en que a lo evidente le cuesta abrirse paso.

Histórico de las huelgas mineras del 62 (formó parte de la comisión que negoció con el ministro José Solís, la "sonrisa" del crudelísimo franquismo); preso político (o sindical, que venía a ser lo mismo) en el lóbrego penal de Segovia; activo militante de la Juventud Obrera Cristiana (JOC) que revolucionó el catolicismo lamerón que hablaba de la Cruzada nacional; fundador de la USO (él le puso el nombre a este sindicato en los fríos andenes de Venta de Baños); activo defensor de la entrada en UGT en 1977 y minero siempre de hondas convicciones humanistas que le llevaron a la militancia socialista. Severino Arias ha estado siempre, más allá de la adscripción a una sigla u otra, defendiendo la convicción de que diálogo, movilización pacífica y unidad son las imprescindibles herramientas con que labora el futuro. "Los que se alegran de la división sindical no son buenos empresarios", dijo ayer en una alocución en la que pidió "sensatez, rigor, prudencia y saber escuchar al otro". Y como lo lee todo, siguiendo los brechtianos consejos, citó al fallecido ensayista y antropólogo asturiano Alberto Cardín: "Morir bien poco importa porque importa todo".

El homenaje se celebró en el restaurante Savannah, donde se citaron ciento veinte personas bajo la "presidencia" de Nicanor López Brugos, carismático párroco de la iglesia de San Juan (llegó a Mieres precisamente en 1962), y la eficaz coordinación de José Antonio García Casal, "Pity". Muchos amigos para felicitar a Severino Arias: Pedro Sanjurjo, presidente de la Junta General; Vicente Álvarez Areces, senador y expresidente del Principado; la Consejera Pilar Varela; los alcaldes de Mieres y Laviana, Aníbal Vázquez (muy recuperado tras su reciente intervención quirúrgica) y Adrián Barbón, o el presidente de la FSA, Pablo García. Comunistas como los históricos Anita Sirgo y Vicente Gutiérrez Solís; socialistas como Antonio Masip o el portavoz del PSOE en Gijón, Josechu Pérez, además de Nacho Quintana o veteranos del periodismo asturiano como Amadeo Gancedo.

"A la gente hay que hacerles los homenajes en vida", señaló un muy ocurrente López Brugos, quien recordó a los que "no llegaron a la orilla" y tuvo, en sus palabras finales, una aplaudida condena contra la violencia, antes de asegurar: " Los recortes (económicos) son también una manera de matar". Javier Morán, periodista de LA NUEVA ESPAÑA, trazó una pormenorizada semblanza de Severino Arias, a quien ya había dedicado una de las entregas de la serie "Memorias" que publica este diario. Una línea que ayudar a entender la personalidad del homenajeado: "Severino revelaba una inteligencia natural a la que dio cauce en diversas academias de la vida". Y otra más para completar el retrato: "La suya es una inteligencia práctica operativa; como dirigente sindical, tuvo una visión claramente estratégica de cómo había que ganarse importantes cuotas de libertad en la lucha por la democracia". José Badiola (Josedo) y Agapito Ramos hablaron del Severino Arias de los tiempos fundacionales de USO. "Un ejemplo para muchos de nosotros", indicó el primero; "para mí ha sido un símbolo", manifestó el segundo. Y muchas adhesiones por escrito de veteranos del sindicalismo español como José María Zufiaur o Manuel Zaguirre. También la de la exalcaldesa de Gijón, Paz Fernández Felgueroso.