Lancy Dodem fue el primer niño apadrinado por la entidad de la que actualmente es portavoz, la Fundación Vicente Ferrer. El joven de origen indio protagonizará hoy a las siete de la tarde un encuentro que tendrá lugar en el museo del Ferrocarril y que ha sido organizado por la Fundación Alimerka, una organización que desde 2005 ha recaudado ya más de medio millón de euros para 50 proyectos solidarios. Y todo gracias a los "vales solidarios" que permiten a los clientes de sus supermercados canjear sus vales de descuento por donaciones.

-¿Cómo llegó usted a la Fundación Vicente Ferrer?

-Nací y crecí en casa de Vicente Ferrer. Mi padre fue uno de los primeros en trabajar con él. Mi madre era su cocinera, así que gracias a él pude estudiar. Ellos me ayudaron a mí y a más de 130.000 niños de la India que no tenían derechos y que ahora pueden ir a colegio, soñar y elegir su propio futuro. Actualmente la Fundación trabaja en diversos sectores porque la pobreza está repartida. Trabajamos en la igualdad de las mujeres, educación, ecología, discapacidad y mejoras sanitarias. La mayor parte de la financiación viene de los apadrinamientos de niños y del programa "de mujer a mujer".

-¿Se ha notado la crisis en los apadrinamientos?

-Por supuesto. Normalmente las personas que se nos dan de baja son gente que ha quedado en paro y tiene varios niños apadrinados pero, aunque esas personas están en una situación delicada, nunca dejan de colaborar del todo. Si por ejemplo tienen apadrinados a tres niños dejan a dos y mantienen a uno. Hay crisis, pero al mismo tiempo hay mucha gente que colabora y no todos con dinero. Los hay, por ejemplo, que organizan cenas benéficas.

-¿Cuál es la situación de la mujer en la India?

-La situación ha mejorado mucho en los últimos años pero todavía tenemos mucho que trabajar. La verdadera independencia de las mujeres llegará cuando una chica pueda volver sola a su casa a la una de la madrugada. Y eso todavía no lo hemos conseguido. India tiene dos caras. Una es la moderna y otra la rural. Una se refiere a las grandes ciudades que se han convertido casi en municipios europeos y donde hay mujeres que son políticas, profesoras o abogadas. Pero el 70 por ciento de la población de la India vive en la zona rural, en los pueblos, y ahí es donde aún tenemos mucho que trabajar. En la India rural aún hay muchas bodas infantiles y padres que no quieren invertir su dinero en la hija. Las niñas se quedan en casa con cualquier excusa, y con 18 años ya tienen dos o tres hijos. Es un país en el que aún existe la dote y los matrimonios concertados. Allí, en la zona rural, todavía hay castas y las personas sin ningún tipo de derechos. En el campo las mujeres ganan la mitad y le tienen que dar el dinero a los hombres, que son los que lo gestionan.

-¿En qué consiste ese proyecto llamado "De mujer a mujer"?

-Una mujer de España paga nueve euros al mes y colabora con un grupo de mujeres en la India. Gracias a estas donaciones compramos bicicletas para que las niñas puedan ir a clase o impartimos cursos para que las mujeres que están en el pueblo y son solteras puedan, por ejemplo, aprender a coser ropa. Lo hemos focalizado todo a través de grupos de mujeres que se establecen en cada pueblo. Un dedo no puede hacer nada pero cinco son capaces de mucho. Cuando una persona colabora con este proyecto lo hace con un grupo de mujeres. Esos 9 euros se reparten en diversas inversiones.

-¿Somos solidarios los asturianos?

-España en general es un país solidario. Aun con la crisis la gente busca cómo ayudar, intentan todas las maneras posibles para solidarizarse y para dar algo a los demás.

-¿Y la Unión Europea? ¿Qué opina del tema de los refugiados?

-Cada país tiene su política, sus necesidades y sus problemas internos. Hay que ayudar a los refugiados, hay que buscar una solución a este problema. La conciencia del hombre tiene que crear la situación pero ahora es la situación de los refugiados la que está creando la conciencia del hombre en Europa. La paz sólo es posible con la honestidad.