Félix García Moriyón (Madrid, 1951), Catedrático de Filosofía y miembro fundador del Centro de Filosofía para Niños de España, pronunciará, esta tarde a las 18.30 horas, la conferencia inaugural del XXVII Congreso Iberoamericano de Filosofía para Niños que se desarrollará en el hotel Begoña Park desde hoy hasta el sábado bajo el título "¿Qué es la Filosofía para niños? Pasado, presente y futuro".
-Su conferencia se titula "Cuando teníamos las respuestas nos cambiaron las preguntas".
-Hace referencia a que este programa tiene una presencia en España de treinta años, tras la visita de Matthew Lipman en 1985. En aquel momento había una serie de problemas en este país que generaron una serie de preguntas y fuimos encontrando las respuestas. Tras una sólida implantación no cabe duda que ahora la sociedad española ha cambiado y también el papel de la Filosofía en la sociedad como para hacer nuevas preguntas que necesitarán nuevas respuestas y en ello estamos intentando trabajar.
-¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?
-Los tiempos son distintos. Cada época tiene sus ventajas e inconvenientes. Aquella tuvo los suyos y esta los propios. Lo importante ahora es saber formular bien las preguntas a los nuevos problemas e indagar sobre cuáles pueden ser las respuestas, obviamente desde nuestra propuesta de un programa educativo basado en la transformación del aula en una comunidad de investigación filosófica.
-¿Qué impacto ha tenido la LOMCE en la Filosofía?
-La LOGSE se estaba fraguando cuando el programa llegó a España y supuso una enorme ventaja porque compartía con el programa un cierto constructivismo pedagógico y sobretodo un compromiso importante con la relación entre la escuela, la educación formal y la construcción de la democracia que era la tarea que estaba en España en la llamada restauración democrática. La LOGSE tuvo un impacto, ni bueno ni malo, pero desde 1991, que se aprueba la LOGSE, no ha vuelto a existir una política de Estado en el sentido de una propuesta educativa que concilie intereses contrapuestos y venimos cambiando de leyes según cambiamos de opción.
-¿Cómo repercute en el alumno la falta de apuesta por la Filosofía?
-Una asignatura al final no es lo importante en la formación del alumno sino el conjunto de una propuesta educativa que marca la ley. La LOMCE ha hecho más daño, creo, con su existencia en pruebas de valoración externa cuya única finalidad no es mejorar el sistema educativo sino garantizar su papel de selección de quién pasa a los ciclos superiores. Evidentemente es importante que exista, que haya discusión filosófica desde los 3 años hasta el final y en eso estamos trabajando, esa es la apuesta de Filosofía para niños.
-¿Los jóvenes son conscientes de lo que significa la Filosofía?
-La Filosofía implica reflexión y crítica. No tengo tan claro que así suceda con la enseñanza a los alumnos porque, como cualquier otra materia, se puede enseñar de muchas maneras, se puede enseñar de una forma de aprendizaje memorístico, exigiendo que el alumno reproduzca contenidos que le transmite un profesor pero la Filosofía tiene una potencialidad de fomentar el espíritu crítico y la reflexión personal muy notable.
-¿Hay desánimo en los alumnos para cumplir como estudiantes?
-En este momento hay pesimismo difuso que se refleja en situación de contestación y protesta y no acaba de cuajar una propuesta alternativa porque hay problemas serios. Es importante la crisis laborable de la juventud, que casi el 50% de los jóvenes, en plena capacidad creativa y productiva, se encuentren en situación de parados o en trabajos precarios. Es un desastre y como telón de fondo es negativo para toda la sociedad. El escenario no es optimista especialmente.
-¿Usted es optimista?
-Este congreso sí es una apuesta optimista porque es mucho lo que se puede hacer y es mucha la demanda de un aprendizaje relevante para los muchachos. Cuando se les invita a implicarse en una discusión filosófica lo hacen con ganas e ilusión.
