A la hora de escribir un texto sobre el concierto que Silvio Rodríguez ofrecerá esta noche en el Palacio de Deportes de La Guía hace falta tener presente una distinción fundamental: las crónicas de algunos recitales han de ser escritas en tercera persona del singular -"el cantante interpretó tal tema", "el compositor encandiló al público con su versión de tal canción"-, mientras que en otras ocasiones lo que tiene lugar en la sala donde transcurre el concierto ha de ser contado en primera persona del plural -"todos los asistentes interpretamos tal tema", "el compositor y el público nos encandilamos mutuamente con nuestra versión de tal canción"-.

Sin lugar a dudas, los espectáculos de Silvio Rodríguez pertenecen a esta segunda categoría, hasta el punto de que no sería un error decir que hoy miles y miles de asturianos vamos a ofrecer un recital con algunas de las canciones más hermosas que existen en español, escritas todas ellas, eso sí, gracias al prodigioso talento de trovador del cubano Silvio Rodríguez, pero ya propiedad de todos los que adoramos el género de la canción popular en cualquier parte del planeta.

Cantaremos "Ojalá". Cantaremos "Pequeña serenata diurna". Cantaremos que los amores cobardes no llegan a amores ni a historias. Nos preguntaremos cantando qué cosa fuera la maza sin cantera. Cantaremos también -aunque quizá en estos casos la novedad del material reduzca un poco el protagonismo del público asistente- algunas de los temas de "Amoríos", el último de los discos entregados al cancionero, y de la primera y la segunda cita con los ángeles de sus discos de 2003 y 2010. Cantaremos "El necio", "Quién fuera" y "La era está pariendo un corazón".

Volverá a quedar demostrado que las canciones son fenómenos importantísimos en la conformación de las sociedades, una mezcla perfecta entre las formas expresivas de la música y las formas narrativas de la poesía que en piezas de pocos minutos tienen la capacidad de encerrar las unidades básicas de la experiencia y la condición humana. Y sobre todo volverá a quedar demostrado que las canciones sólo existen cuando se cantan, y sólo se cantan como se cantan las canciones de Silvio Rodríguez cuando tienen esa extraña cualidad del arte popular de adentrarse en las vidas de las personas hasta pasar a formar parte de la biografía de muchísimos de nosotros. Mañana las crónicas nos contarán lo que ocurrió encima del escenario, nos mostrarán fotos de los músicos o primeros planos de Silvio, pero eso sólo habrá sido una mitad de la ceremonia de celebración de la belleza que tendrá lugar en La Guía. Tenemos un importante concierto que dar hoy, y con la calidad de las canciones que tenemos en el repertorio es imposible que no sea un éxito.