Los cinco exconcejales del Partido Popular, otrora integrantes del grupo municipal en el Ayuntamiento de Gijón y ahora denunciantes contra su ejecutiva, mantienen abierta su guerra dialéctica y judicial contra la presidenta del partido en Asturias, Mercedes Fernández, y con "su camarilla personal". A todos ellos les exigen su dimisión por haber "amañado" el congreso extraordinario.

"Queremos que el PP vuelva a sus cauces y sea un partido democrático. No queremos un partido de trampas, de muertos vivientes ni de pagar favores con contratos a amiguetes, ni nombramientos a dedo", afirmó Gabriel Díaz que ayer relevó en la portavocía de los exconcejales díscolos a Manuel Pecharromán. Ambos comparecieron ayer, junto a sus compañeros exconcejales Maite Menéndez, Francisco José Rodríguez Cubiella y Raquel Vega , además de su abogado, Manuel Estrada.

Gabriel Díaz cargó duramente contra el actual presidente local, electo en el congreso, ahora en tela de juicio tras la sentencia que les ha sido parcialmente favorable. "Mariano Marín es un político 0.0 que ha pasado por el mundo sin bagaje y sin incorporar a su currículo nada interesante", zahirió. Y añadió que "es muy grave" que en Gijón "celebren su junta local" porque significa que "no están acatando la sentencia".

Los reproches fueron extrapolables a todos los próximos a Mercedes Fernández, en especial a Dorinda García, responsable del comité de derechos y garantías del PP regional, motivo por el que no esperan ninguna medida disciplinaria al respecto. No obstante resaltaron que la actitud de Mercedes Fernández está considerada como "falta muy grave" en los estatutos del partido y puede castigarse con la expulsión en vista de que con ella "no conjuga la palabra dimitir".