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El gasto medio de los cruceristas en Gijón se limita a 45 euros por persona

Un estudio fin de máster recomienda los barcos de gran capacidad frente a los más lujosos, porque sus pasajeros consumen menos en la ciudad

Pasajeros del crucero "Aidabella" tomando un autobús. ÁNGEL GONZÁLEZ

Los cruceristas que desembarcan en Gijón gastan, de media, 44,19 euros por persona. Así se desprende de un proyecto Fin de Máster en Economía de la Universidad de Oviedo realizado por Emma Zapico, dentro de un convenio de colaboración entre el SITA y la Autoridad Portuaria de Gijón para analizar el turismo de cruceros en la ciudad.

El trabajo, que se realizó con encuestas a una muestra de 308 individuos en la temporada del año 2013, concluye que de los pasajeros que se bajan del buque, el 29 por ciento del total lo hacen con la intención de visitar la ciudad y caminar por sus calles, mientras que los que sólo bajan con la intención de ir de compras o museos son "prácticamente marginales", unas cifras a priori "desalentadoras", reconoce el análisis, por el bajo impacto en la economía de la ciudad.

La mayor parte del gasto se realiza en restauración y en souvenirs, aunque las cantidades no son muy elevadas. Del total de encuestados, un 59 por ciento de ellos afirmó haber realizado algún gasto en la ciudad. De ellos, el 99 por ciento lo hizo para adquirir artesanía y souvenirs, el 19 por ciento manifestó haber comprado ropa y calzado y sólo un 6 por ciento adquirió joyería. Así, el gasto medio por persona en recuerdos fue de 9 euros, mientras que en ropa y calzado fue de 43,74 euros y en joyería de 11,5 euros.

Más elevado en cambio es el gasto medio en excursiones, estimado en 117,17 euros por persona, aunque sólo un 16 por ciento de los encuestados admitió haber hecho excursiones. Más de la mitad, en cambio, hicieron gasto en cafeterías y restaurantes, con un gasto medio máximo de 18 euros.

Contemplando todas las variables, el gasto turístico medio del crucerista se eleva a los 44,19 euros, algo más de los establecido para los turistas en alojamiento privado pero bastante menos del gasto que suelen hacer los visitantes que se hospedan en hoteles, que asciende a unos 91 euros.

Con todo, el estudio concluye que los turistas de más edad tienen a contraer sus niveles de consumo, y adquiere especial importancia el hecho de que los visitantes pasen horas fuera del puerto. Así, Zapico subraya en su estudio que le hecho de que recale en el puerto un crucero de lujo "incide negativamente en el gasto turístico", toda vez que es más probable que sus pasajeros prefieran realizar sus consumiciones de comida y bebida dentro del barco, donde ya se les ofrece un nivel de calidad muy alto.

El estudio de Emma Zapico también analiza otras variables como la forma de moverse de los cruceristas por Gijón, con un 22 por ciento de los encuestados que usaron un medio de transporte para moverse dentro del municipio al margen de los autobuses lanzadera que desplazan a los turistas desde el puerto hasta el centro.

De ellos, el taxi fue el medio más utilizado, con un 44 por ciento de turistas que reconocieron haber utilizado este servicio. Le siguen los autobuses turísticos (33 por ciento de los encuestados que usaron medios de transporte), y los autobuses de línea regular (23 por ciento). Sólo en casos aislados los turistas alquilaron coches o bicicletas para desplazarse por Gijón.

La mayor parte de los cruceristas que recalan en la ciudad reflejados por el estudio tienen nacionalidad británica, son de mediana edad, con un nivel medio de estudios y con la pareja o la familia como fórmula más habitual de compañeros de viaje.

Con todos los datos sobre la mesa, el estudio concluye que para conseguir un gasto turístico más elevado "sería deseable un perfil de crucerista joven, menor de 35 años y con ingresos mensuales altos o muy altos". El análisis incide además en la necesidad de que los cruceros pasen el mayor tiempo posible en la ciudad en lugar de realizar escalas cortas, de manera que los visitantes tuvieran más tiempo para visitar la ciudad en lugar de preferir quedarse en el barco. Las estimaciones del estudio sugieren que se produce un incremento de un 57 por ciento en el gasto turístico por cada hora adicional sobre la media del tiempo de escala.

Y del mismo modo, "sería aconsejable que se promoviese la llegada de cruceros menos lujosos pero con una gran capacidad de pasaje", porque "los cruceros de lujo acaban provocando, en relación a otro tipo de buques, un efecto negativo el gasto medio del crucerista cifrado en un 61 por ciento".

La nueva temporada de cruceros acaba de arrancar en Gijón con la escala, el pasado miércoles, del crucero noruego "MS Fram", con 318 pasajeros a bordo. Esta será la mejor temporada prevista por El Musel, con la llegada confirmada de 19 buques hasta principios de noviembre, que traerán a bordo 33.132 pasajeros.

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