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Arquitectura asturiana de pura cepa

Una bodega autosuficiente, proyectada por la gijonesa Silvia Paredes, discípula de Norman Foster, logra el primer premio del certamen internacional "Architizer"

Edificio ganador

La cuarta edición de los premios internacionales de arquitectura "Architizer A+", de Estados Unidos, tienen desde ayer acento asturiano gracias al proyecto de la gijonesa Silvia Paredes (1975), y su compañera de trabajo Ana Agag, ambas discípulas del estudio londinense "Foster&Partners", del arquitecto de fama mundial Norman Foster.

La construcción de una bodega sostenible y autosuficiente para los vinos Valdemonjas de Ribera del Duero, ubicada en Quintanilla de Arriba (Valladolid), les ha hecho merecedoras del premio del jurado, de expertos, y también del que otorga el jurado popular a través de votaciones por internet y el que han liderado desde el inicio. "Estamos muy contentas e ilusionadas. Tendremos la oportunidad de conocer al jurado que nos ha seleccionado como ganadoras el 12 de mayo en Nueva York -en la gala de entrega de premios- y darles las gracias personalmente. Es una gran oportunidad profesional para darnos a conocer internacionalmente", señaló orgullosa Silvia Paredes nada más recibir el correo electrónico de la organización de "Architizer A+" notificándoles el premio.

Su construcción ha convencido al jurado internacional compuesto por más de 300 miembros, donde están integrados, por partes iguales, arquitectos, diseñadores, líderes de opinión culturales y desarrolladores. Todos ellos, o al menos en su gran mayoría, se han decantado por la bodega para los vinos Valdemonjas de Paredes y Agag frente a las otras cuatro opciones, procedentes de Eslovenia, China, Suiza y Tailandia en la categoría "Factory Warehouse" (almacén de fábrica). También lograron el favor del público que a través de la página web de los premios -considerados por muchos medios especializados como los Oscar de la Arquitectura- y donde se emitieron más de 40.000 votos válidos de 100 países distintos. El triunfo en las dos categorías les hace entrar en la arquitectura mundial por la puerta grande. "Presentamos la candidatura como inversión, no pensábamos que nos iban a seleccionar pero la alegría ha sido inmensa cuando hemos recibido la notificación", exclama Paredes.

La particularidad de esta bodega, ubicada en suelo rústico, en plena ribera del Duero y al lado del monasterio de Santa María de Valbuena que data del siglo XII, parece haberlas impulsado hacia la victoria. La bodega no está conectada a la red de electricidad ni a la de agua, es completamente autosuficiente. La electricidad necesaria se genera a través del propio edificio y, para el agua, Silvia Paredes y Ana Agag idearon unos aljibes para su recogida y un sistema de filtrado "ad hoc".

La trayectoria de Paredes, que comenzó su andadura en la arquitectura en los estudios gijoneses de Diego Cabezudo y Ángel Noriega, donde trabajó en la primera fase del Jardín Botánico Atlántico y tras acabar con sobresaliente su proyecto fin de carrera en la Universidad de La Coruña, llega ahora a un punto de proyección internacional pero su bagaje laboral es amplio. Bajo la tutela de Norman Foster trabajó en el proyecto de ampliación del Museo de las Bellas Artes de Boston, en Estados Unidos; en el proyecto Ciudad de la Justicia de Madrid, y en el proyecto de extensión de Chateau Margaux en Francia, que se abrió al público en 2015. La Bodega Valdemonjas, una empresa familiar, ha sido el primer reto en solitario de Paredes y Agag.

Tras la entrega de galardone se editará un libro que recogerá todos los proyectos nominados. "Da nombre, caché e ilusión por hacer las cosas bien. Lo veo como una recompensa personal", estima la gijonesa. Además, miran con ilusión, y de reojo, al premio Riba (Royal Institute of British Architects) de Londres, al cual también han presentado su obra.

Dentro de los más de cien proyectos nominados, procedentes de todo el mundo, en las distintas categorías también ha habido otros primeros puestos, premiados por el jurado popular, de construcciones españolas como la renovación del puerto deportivo OneOcean Port Vell de Barcelona, en la categoría "Marinas & Ports"; y la polémica restauración de la "torre Pajarete" del Castillo de Matrera, en Villamartín (Cádiz), en la categoría de "Preservación" y en Alicante de la empresa "Crystalzoo" que venció en la disciplina "Edificios gubernamentales y municipales". De los españoles agraciados tan sólo Paredes y Agag lograron imponerse en ambos premios.

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