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Unas rimas de lo más chulas

El rapero El Chojin imparte una clase magistral a jóvenes sobre técnicas y consejos para intentar triunfar en esta modalidad musical

El Chojin, ayer, en el CMI Pumarín-Gijón Sur. Ángel González

Ser un chulo en el mundo del rap, lejos de ser un estereotipo es el punto de partida para todos los imberbes que quieren abrirse camino en esta disciplina artística. Así de claro lo dejó Domingo Antonio Edjang Moreno, conocido con el alias El Chojin, uno de los raperos españoles de mayor prestigio internacional, en el taller de letras rap para jóvenes que impartió en el Centro Municipal Pumarín-Gijón Sur con motivo de la III Feria del Libro Infantil y Juvenil. "Hay que quererse a uno mismo, intentarlo para lograrlo, y creérselo", apuntó.

El Chojin, que en 2009 se convirtió en el rapero más rápido del mundo al lograr un Récord Guinness después de ser capaz de rapear 921 sílabas en 60 segundos, impartió una clase magistral ante un nutrido grupo de jóvenes dejando palpable su dotes docentes. Amén de las técnicas y consejos para lograr rimas perfectas, El Chojin basó su intervención en transmitir la necesidad del esfuerzo, compromiso y dedicación absoluta. Unos ingredientes que no aseguran el triunfo pero, al menos, no cierran de golpe las puertas.

La primera enseñanza versó sobre la distinción entre el rap, cuya mejor definición es hablar con ritmo, con el hip hop, que engloba una cultura y una forma de vida cimentada en el individuo. Así las cosas El Chojin les ofreció el turno de palabra para resolver sus inquietudes. Las reticencias a intervenir motivó que el maestro les espetase sin contemplaciones otro de los dogmas del rap. "El rap es un instrumento de comunicación, que sirve para entretener o transmitir ideas. No debemos tener miedo a comunicar", garantizó. Dicho y hecho. Emanaron las preguntas. Cada respuesta entrañaba una enseñanza. Por un lado, escuchar a sus mayores, a los artistas ya consagrados; por otro, el esfuerzo. "Cuando terminéis los deberes, que es vuestra obligación, empezad a escribir letras en vuestro tiempo libre", recomendó. El Chojin defendió que no había palabra en el castellano que no hubiera servido para una rima. La explicación a tal dominio del idioma está en su gusto por la lectura. "Trabajamos con palabras y las palabras están en los libros". Pero no por ello hay que ser esclavos de las palabras. "Lo primero es saber qué queremos transmitir y luego, buscar las palabras para hacerlo". De ahí que su filosofía quiera implantarla en el sistema educativo actual. Suena bien.

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