Los escolares de tres años pueden dejar de ser los alumnos más pequeños de los colegios asturianos. La Consejería de Educación está dispuesta a llevar adelante su idea de universalizar la incorporación al sistema educativo de los niños entre 24-36 meses y, dadas las malas perspectivas demográficas, las autoridades asturianas están valorando que no sea necesario construir más escuelas de bebés como las que ahora componen la red del primer ciclo de infantil, sino incorporar a los niños de 2-3 años a espacios adaptados en los colegios de la red pública. Colegios que de esa forma aumentarían la atención que prestan ahora con niños de edades más pequeñas y verían ocupados los espacios que van a quedar libres por la menor matriculación.
La medida, a la que hace algunas semanas se refirió el propio consejero de Educación, Genaro Alonso, se ha empezado a materializar en Gijón con la visita de personal de la administración del Principado a algunos colegios para valorar in situ las posibilidades de que dichos centros sean la punta de lanza en esa incorporación de bebés. Lo que se buscan son espacios apropiados, tanto en metros cuadrados como en posibilidad de dotarles de zonas de aseo exclusivas y otros condicionantes que tienen las escuelas de bebés de primer ciclo de infantil.
Al menos el colegio Los Pericones, de Ceares, ya ha recibido la visita de los técnicos. Dicho centro tiene interés para este proyecto de la Consejería tanto por la disponibilidad de espacio, la fácil adaptación, como por el hecho de que está situado en la zona sur de la ciudad, donde se concentra ahora el asentamiento de familias jóvenes con necesidades de puestos escolares infantiles.
"Estamos siguiendo el guión de nuestro programa de gobierno y uno de los mayores compromisos es la universalización de la atención en 2-3 años para dar un servicio a las familias. Por eso estamos buscando espacios ya construidos, espacios que tenemos libres en los centros de Primaria, para poder albergar esos niños", indicó el consejero de Educación en una reciente visita al Centro de Profesores de Gijón.
La Consejería tuvo una oportunidad de experimentar cómo se produce ese encaje de alumnos tan pequeños en los colegios, cómo lo valoran las familias y qué problemas presenta, si es que los hubiera. Esa experiencia la propició la obra de reforma de la cubierta de la Escuela Infantil Los Pegoyinos, que obligó al traslado urgente de los bebés a otros centros. Al colegio La Escuelona se llevaron, precisamente, los niños de 2-3 años. La experiencia resultó del agrado de todos, e incluso los padres de Los Pegoyinos llegaron a agradecer públicamente a la dirección de La Escuelona por haber facilitado que se tuvieran espacios exclusivos, no compartidos con niños de más edad, y perfectamente dotados, como si estuvieran en los centros de la red de bebés. "Se pudo ver cómo funcionaba esa incorporación de niños en los colegios y lo cierto es que ha funcionado. Las familias quedaron contentas", reconocían estos días desde el centro.
El modelo que por ahora se plantea la Consejería "no supondría la integración del tramo 2-3 y su personal a la red educativa general", dijo el Consejero, sino que serían unidades incorporadas a los colegios pero adscritas a las escuelas de bebés ya abiertas y cuyo personal depende del convenio de Educación con los Ayuntamientos. La Asociación de Escuelas Infantiles Públicas de Primer Ciclo de Educación Infantil de Asturias (Aeipa) ya tiene en marcha una campaña de protesta y una de sus alarmas tiene que ver, específicamente, con la posibilidad de que la Consejería se plantee "fragmentar" el primer ciclo de la educación infantil.
