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La Corolla pone la oreja

Los alumnos del centro de Somió homenajean al escritor Paco Abril con un cuento y un suplemento de lectura

"Érase una vez una oreja verde que se subió en el expreso de la vida para llenarla de palabras, ratitos de cuento, "derepentes", monstruos, mitos y paisajes. Una oreja que supo contagiar su escucha atenta a otras orejas". Cuando Paco Abril entró por la puerta del colegio La Corolla, y escuchó a los alumnos de Infantil y Primaria recitar ese texto, se llevó una gran sorpresa. Porque ayer tenía pensando leer unos cuentos con los pequeños estudiantes para celebrar el Día del Libro. Pero el centro educativo de Somió le tenía preparado un encuentro sorpresa muy especial, con una muestra de repaso, un suplemento especial de "La Oreja Verde" y un cuento especial preparado para la ocasión, titulado "Érase una vez". "Han hecho un recorrido precioso, y un compendio de lo que he hecho a lo largo de mi vida, que es fomentar que los niños y los adultos lean cuentos", destacó el escritor y periodista Paco Abril, emocionado.

Todos los alumnos, con su particular oreja verde, en recuerdo del suplemento infantil que se publicó en LA NUEVA ESPAÑA durante dos décadas, contemplaron atónitos cómo Paco Abril les contaba el cuento "Alas de abuelo", y les transmitía la pasión por la lectura. "Los cuentos se dirigen al oído emocional de los seres humanos, nos traen historias que no solo nos conmueven, sino que nos transforman y nos mejoran. Los relatos son el gran patrimonio de la humanidad, y tenemos que hacer que no solo nos ayuden a leer y difundir la lectura", destacó.

Elena Ferrer, de ocho años, y de tercer curso de Primaria, fue la encargada de coordinar la edición especial del suplemento "La Oreja Verde". Poco a poco va despertando su vocación periodística. "Era difícil coordinador el trabaja de todos; hacerlo sola no tenía mucha gracia", indicó.

Paco Abril recordó que del suplemento "La Oreja Verde" salieron algunos cuentos que escribió, como aquel que decía que todos tenemos un monstruo dentro. "Tenía nuestro mismo nombre, pero con las letras cambiadas, y estaba hecho con lo peor de nosotros mismos. Creí que no lo iban a entender, pero participaron más de 1.000 niños de aquélla", apuntó. Y ese juego también lo repitieron alumnos como Pedro Rueda, que llamó "Dépor" a su monstruo, y que participó también en un día especial para Paco Abril en La Corolla, en el que recibió orejas verdes, sombreros de colores, sus mitos hechos en "tangram", y disfrutó junto a los escolares con su mayor patrimonio: los cuentos.

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