El pastor evangélico acusado de abusar sexualmente de dos niñas de 8 y 14 años negó ayer ante el tribunal de la Audiencia Provincial ser el responsable de los delitos de los que se le acusa y por los que la Fiscalía pide una condena de 22 años de prisión. "Las chicas mienten y eso se demuestra con las contradicciones que hay en su testimonio. Es todo un montaje con fines económicos maquinado por los padres", afirmó ayer tras la primera sesión del juicio el abogado del acusado, José Antonio Rivero.

El letrado aseguró que su cliente se mantuvo "muy tranquilo" durante todo el interrogatorio, celebrado a puerta cerrada. "Mantuvo relaciones sexuales con una de las chicas, que se quedó embarazada, pero esas relaciones fueron consentidas", relató el letrado haciendo hincapié en que en un primer momento el religioso había negado los hechos "porque la chica había mantenido relaciones con al menos otras cuatro personas y había que comprobar que era el padre".

La abogada de la acusación y la Fiscalía trataron de defender la culpabilidad del reo. El ministerio público asegura que el religioso se aprovechó de su condición de pastor para pasar "mucho tiempo" con las menores, con las que llegó a convivir "algunos fines de semana". Fue entonces cuando, asegura la Fiscalía, tuvieron lugar los abusos

Tras el interrogatorio el acusado -que hace frente además al pago de indemnizaciones de 45.000 euros-, abandonó el Palacio de Justicia arropado por su mujer y su hija pero sin hacer declaraciones. El juicio continuará hoy con las pruebas periciales y las conclusiones de las partes.