El pasado 20 de abril entró en vigor la nueva directiva europea 2014/33/UE, que regula una comercialización segura del ascensor en todos los países miembros de la Unión Europea y que ya ha comenzado a aplicarse en España. Una norma que conlleva una serie de requisitos pero que únicamente afectará a los nuevos que se instalen a partir del 20 de abril. Carlos Martínez (Cangas de Onís, 1975) es presidente Asociación Empresarial de Elevadores del Principado de Asturias (AEEPA) -que forma parte de la Federación Empresarial Española de Ascensores (FEEDA)- y desempeña su cargo en una región que está por encima de la media española en instalación de ascensores con alrededor de los 27.000.
-¿Cómo se desarrollará esta nueva directiva?
-Tiene cuatro rasgos, por un lado pretende elevar la seguridad y obliga a que todos los elementos operativos instalados dentro de la Unión Europea sean seguros. Además es más garantista para el usuario, incide en la vigilancia de mercado y añade la trazabilidad de los elementos, es decir, garantizar que nos dotemos de herramientas y recursos para garantizar la seguridad durante toda la vida útil de los ascensores.
-¿En qué consiste la trazabilidad?
-Todos los ascensores van a tener que llevar un número de lote, de registro, que incluya la marca del fabricante y su dirección. Cualquier elemento no conforme que se ponga de ese lote podremos saber de forma rápida dónde está instalado el ascensor y poder atacar aquello que esté mal, cambiarlo o repararlo. Por ejemplo, un lote que esté mal en Italia podremos saber si alguno se puso en Asturias. Ahora es difícil saberlo con exactitud.
-Da la impresión que nos jugamos la vida cada vez que cogemos el ascensor.
-No, no. Esta directiva aumenta la seguridad pero los ascensores son el medio de transporte de personas más seguro del mundo. Millones de personas lo usan todos los días y los accidentes son leves, de caídas, de tropezones. Tecnológicamente hay mucha inversión de las empresas para ahondar en la seguridad. Esto es un paso más.
-La directiva no tiene carácter retroactivo pero en España el 50% del millón de ascensores instalados tienen más de 20 años. ¿Qué pasa con ellos?
-No hay que rascarse el bolsillo ni cambiar los ascensores. Sí apelamos a que los usuarios vayan incrementando la seguridad. La primera Directiva europea que se desarrolló en España fue en julio de 1999 y ahí sí hubo un salto cualitativo. Ahora lo que pedimos a la Administración, en su responsabilidad de seguridad industrial, es que vaya datando determinados aspectos. Por ejemplo, limitar a más menos dos centímetros el desnivel de la cabina porque el entrar y salir supone el 40% de los incidentes.
-¿Es el principal riesgo?
-Además está el golpe de las puertas cuando se cierran y por ello se demanda la instalación de barreras fotoeléctricas. Esos golpes suponen aproximadamente un 20% de los accidentes. El otro requisito, obligatorio desde 1999, es la comunicación bidireccional de la cabina con un operador. En España, en 2005 se obligó a hacerlo en todos los ascensores públicos y de poca ocupación pero queda todo el núcleo residencial donde los anteriores a 1999, que hay muchísimos, no están obligados. Y eso es peligroso.
-¿Cuántos ascensores hay en Asturias?
-Rondamos los 27.000 ascensores. Asturias está por encima de la media de España en instalación de ascensores.
-¿Se trabaja en frenar el impacto energético que en muchos casos supone el 25% del consumo?
-Todo el elemento inversor de las empresas está dedicado tanto a la seguridad como a la eficiencia energética. Ha evolucionado mucho, incluso, uno de los rasgos más importantes y característicos de los que se están poniendo nuevos ahora es la eficiencia energética.
-A finales del pasado año la empresa Thyssenkrup Elevator defendió aquí en Gijón que la levitación magnética permitirá los ascensores sin cables.
-Es una tecnología en desarrollo. Todas las empresas desarrollan su propia tecnología del futuro y alguna irá llegando pero no sé si será a través de la levitación magnética o de otra forma. Al final su función debe ser mover personas.
-Entonces, ¿cómo serán los ascensores del futuro?
-De aquí a 20 años el concepto será totalmente diferente a lo que hoy conocemos. Vamos hacia un transporte de personas más eficiente. Eficiencia en el servicio, que tarde menos tiempo y eficiencia energética. También en dotarlos con servicios adicionales que se le puedan dar al cliente. Pero no sé con qué tecnología se logrará.
-¿Por qué son tan feos los ascensores?
-(Risas) Con las normativas de seguridad se fueron poniendo elementos mucho más restrictivos que dejaron a un lado los antiguos ascensores con rejillas. Pero sobre la estética, que no te voy a decir que no, pero eso hay que preguntarle a los diseñadores de las empresas por qué se han vuelto tan minimalistas.