El Tribunal Supremo acaba de confirmar la condena de 15 años, cuatro meses y 15 días de cárcel que la Audiencia Provincial de Asturias le había impuesto al joven dominicano acusado de intentar matar a cinco personas con su coche en mayo de 2012, en las inmediaciones de una conocida discoteca de El Natahoyo. El tribunal considera al imputado autor de cinco delitos de homicidio en grado de tentativa y de un delito contra la seguridad vial. Los jueces reafirman que el reo sabía que ponía "en grave peligro" la vida de sus víctimas, a las que atropelló con el coche que conducía.

El abogado del reo aseguró ante el alto tribunal que "no tenía intención ni de matar ni de herir a las personas que atropelló y que se trató de un simple accidente de circulación". Un argumento rechazado de pleno por los magistrados del Supremo. Los jueces alegan que el joven actuó "con conciencia del riesgo que creaba para la vida de las víctimas y, a pesar de todo, ejecutó su acción". Los magistrados llegan a esta conclusión teniendo en cuenta varios factores entre los que se encuentra la conducta del propio imputado, que llegó incluso a mofarse de la situación en la que se quedaron las víctimas, o el propio relato de los hechos que han quedado acreditados. "El reo utilizó un vehículo todoterreno dirigido a velocidad contra unas personas que caminan de espaldas y desprevenidas", señala el Supremo. "Con todos esos datos queda patentizado un irrefutable dolo de matar, pues no puede pretenderse que el despliegue de una conducta de tal entidad, como la llevada a cabo por el acusado, pueda excluir como resultado la muerte de los agredidos. Muy al contrario, la características y condiciones de la acción agresora permitían augurar, con alto grado de probabilidad, el resultado letal", sostiene el alto tribunal.

Los hechos tuvieron lugar a las ocho y media de la mañana del 20 de mayo de 2012. El joven ahora condenado en firme mantuvo entonces una discusión con sus víctimas. Después, ya a bordo del todoterreno de su padre, el agresor se dirigió a gran velocidad contra los viandantes. Dos de ellos acabaron entrando a la fuerza en un establecimiento de limpiezas situado en la zona.