Dos tercios de los desempleados que participaron en 2015 en las dos primera ediciones de la lanzadera de empleo organizadas por la Fundación Telefónica y el Fondo Social Europeo, lograron conseguir trabajo después de haber atravesado sus vidas por un periodo prolongado de desempleo. En esas dos primeras ediciones participaron un total de 40 parados, 20 en cada turno. La experiencia positiva ha llevado a aumentar el número de participantes este año a los 25 participantes en la tercera edición, la primera de las dos que habrá en 2016.

Impartida en el centro de formación de Las Palmeras, los participantes no reciben una formación al uso, sino claves para tener una actitud positiva y activa en la búsqueda de empleo. "Muchos que ni enviaban currículos empiezan a hacerlo y otros que lo hacían en plataformas digitales se atreven a ir personalmente a las empresas", señala Javier Martín, que es quien se encarga de dar a los participantes el impulso que necesitan para "que se reconozcan que son capaces de tirar para adelante, que tienen conocimientos, medios y fuerza; se trata de conseguir la mejor versión de una persona", afirma.

Los participantes tienen perfiles profesionales variados, desde titulados universitarios hasta operarios de base. En común, tienen el que están dispuestos "a pelear" por salir del paro, algo que se busca en el proceso de selección de candidatos. En la primera edición de este año, que comenzó en abril, ya han abandonado el grupo seis participantes que han encontrado un trabajo. Al haber sido tan cerca del inicio, han sido reemplazados por otros seis desempleados. El curso acabará en septiembre o antes si todos los participantes consiguen trabajo.

La experiencia del año pasado mostró caso como el de alguna persona que, después de llevar más de dos años en paro, logró un contrato de varios meses, importante tanto para salir del apuro económico en el que se encontraba como por ser un triunfo frente a la desesperación con la que había llegado a la lanzadera. Otros tuvieron aún más suerte, como un universitario que obtuvo un cargo de dirección en una obra en el extranjero de una empresa asturiana.

Desde multinacionales afincadas en Asturias hasta pymes y de diversos sectores reclutaron trabajadores el año pasado en las lanzaderas de Gijón. Los que han empezado este año esperan tener al menos la misma o más suerte, algo en lo que influye que piquen a las puertas de las empresas presentados por la lanzadera en la que participan.