Con un éxito rotundo. Así abrió ayer el Grupo Covadonga su nueva sede de Begoña, un entresuelo de unos 600 metros cuadrados que había sido propiedad del Centro Asturiano de La Habana. "Me produce mucha alegría poder contar con este espacio. Nos encantaría que los socios empezasen a descubrir la nueva sede", indicó el presidente grupista, Antonio Corripio, quien se mostró encantado con las posibilidades que ofrece un recinto que consta de salas de juegos, lectura, estudio y televisión, además de una cafetería.

El goteo de socios fue constante durante toda la tarde, aunque la mayoría de ellos fueron antiguos y fieles miembros del Centro Asturiano, que no dudaron en volver a sentarse alrededor de una mesa para jugar al bridge, al parchís y al ajedrez.

Muchos de estos socios acumulan años de tertulia y partidas en este local, al que tuvieron que renunciar de manera temporal el pasado diciembre, después de que la última directiva del Centro, presidida por Marco Antonio Tuñón, entregase las llaves de las instalaciones al Grupo, del que entonces era responsable Enrique Tamargo. Meses que se hicieron "un poco largos", según reconocieron socios del Centro.

Pero la tarde de ayer sirvió para más cosas que recuperar viejas tradiciones en torno a los naipes y los paños del billar. Un nutrido número de grupistas se acercó a Begoña para conocer las bondades del lugar. Entre ellos destacaron algunos participantes de la sección de ajedrez, que cambiaron los tableros de Las Mestas por las nuevas vistas de Los Campinos y la iglesia de San Lorenzo. "Sobre todo, para oxigenar", bromeaba uno de estos ajedrecistas, más preocupado de cómo defender un alfil que por los resultados de Real Madrid y Barcelona.

La importancia de la apertura de Begoña es vital para el Grupo Covadonga. "Nos permitirá oxigenar las sedes", apuntó Corripio. De momento, la entrada a la nueva sede está limitada a mayores de 16 años y será necesario estar federado para jugar al billar, aunque está previsto que se organicen cursos en un futuro para nada lejano.