Los dos propietarios de una agencia de viajes de Gijón, que también tenía oficinas en Siero y Noreña, han sido condenados a dos años de prisión por apropiarse de 22.064,38 euros de una treintena de clientes, a los que cobraron por unos viajes que al final no tuvieron lugar porque la agencia no pagó los mismos.

Los dos acusados, un hombre y una mujer, propietarios de la agencia al 50%, aceptaron ayer delante del juez que les iba a juzgar cumplir sendas condenas de dos años de prisión y el pago de las correspondientes indemnizaciones a la treintena de afectados que estima la fiscalía que hubo por la estafa.

Deberán desembolsar así los 22.064,38 euros reclamados por la acusación pública. Ésta pedía inicialmente una pena de tres años de prisión para cada uno de los propietarios de le agencia, Viajes Croma. Pero tras llegar a un acuerdo de conformidad con los acusados, la condena se ha visto reducida en un año, lo que implicaría que no entrasen en el centro penitenciario si carecen de antecedentes.

Los dos acusados aceptaron los hechos de los que se les acusaba. Según el relato del fiscal, pese a conocer que la situación de su empresa era deficitaria desde comienzos de 2010, continuaron con la actividad empresarial con aparente normalidad y cobrando a los clientes para reservar sus viajes.

Así, durante los meses de mayo y junio de 2011, llevaron a cabo contrataciones de viajes combinados por la que recibieron diversas cantidades de dinero a cuenta de reservas o de pagos totales de los viajes contratados. En total, según el fiscal, se apoderaron de 22.064,38 euros de sus clientes, que vieron sus viajes cancelados o anulados por falta de desembolso de la agencia a los mayoristas.

La Fiscalía calificó los hechos de un delito continuado de apropiación indebida o, alternativamente, de un delito continuado de estafa.

No es el primer caso de este tipo que se vive en la ciudad. A finales de 2014 se juzgó otro muy parecido, en el que la Fiscalía acusaba al dueño de una agencia de viajes de quedarse con el dinero que le habían adelantado clientes. Curiosamente, también había una treintena de afectados y la acusación reclamaba la misma pena, tres años de prisión.