Una semana después, el dolor que surgió aquel fatídico domingo 15 de mayo sigue intacto. Esa fecha no será fácil de olvidar para un grupo de madrileños que decidió visitar Gijón para celebrar una despedida de soltero. Han pasado siete días y aún nadie, ni los amigos ni la familia, se puede explicar qué le pasó exactamente por la cabeza a F. C. V. P., el madrileño de 34 años que se precipitó a primera hora de la mañana desde la ventana del quinto piso del hotel Begoña. Había llegado a la habitación horas después de disfrutar de una noche de fiesta con sus amigos más íntimos. Nada hacía presagiar entonces el desastre.

"Es imposible no estar triste. Su ausencia duele pero su recuerdo siempre nos hará sonreír", publicaba hace días en Facebook la novia del fallecido. En la cabeza de los familiares y amigos de F. C. V. P. dan vueltas numerosas teorías. Muchos se resienten a creer la versión oficial. El madrileño no tenía problemas. La vida le iba bien. Parece claro, a raíz de los informes elaborados por la Policía Nacional, que en la muerte del joven no intervinieron segundas personas. Pero los más cercanos se niegan a creer que el madrileño se precipitara por la ventana de forma voluntaria. "No nos entra en la cabeza", confesó una persona cercana al fallecido días después de la tragedia.

La Policía encontró el cadáver en el bordillo de la acera de la calle Diecisiete de Agosto. El móvil estaba al lado del cuerpo. Los funcionarios barajaron decenas de hipótesis. No se descartó nada hasta que se interrogó a todos los testigos de los hechos o a las personas cercanas que podían aportar algo en torno al truculento suceso que se publicó en medios de todo el país y que conmocionó tanto a los madrileños como a los trabajadores del restaurante y el hotel que tuvieron contacto con el grupo de amigos que celebraba en Gijón la despedida de soltero.

El cadáver de F. C. V. P. fue trasladado el pasado lunes a Madrid y fue incinerado en el tanatorio de Colmenar. El hermano de la víctima tuvo que ser trasladado en Gijón a un hospital presa de una crisis de ansiedad. El resto de familiares tuvieron que trasladarse a la ciudad el fin de semana para cumplimentar los trámites en el juzgado de instrucción que dio la orden del levantamiento del cadáver tras el suceso. Una vez cerrada la investigación la Policía y el magistrado encargado del caso dieron el visto bueno para el traslado del cuerpo a la capital de España. Un viaje fúnebre que nadie esperaba hacer horas después de que la comitiva festiva saliera de Madrid.