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Los juramentos de Cascos

El fundador de Foro presidió en 1999 una espectacular jura de bandera en El Musel y ahora sus correligionarios de Gijón se demoran en aprobar una para civiles

Francisco Álvarez-Cascos, en primer término, presidiendo el acto de jura de bandera, entre Paz Fernández Felgueroso -a la izquierda- y María Jesús Álvarez.

Hubo un día en que Francisco Álvarez-Cascos era del PP, ostentaba el cargo de vicepresidente del Gobierno y mostraba con solemne patriotismo su respeto por la enseña nacional. Corría el año 1999, era 25 de julio y presidía un gran acto militar en el muelle de La Osa, en El Musel, en el que 344 aspirantes a marineros y medio centenar de civiles juraron bandera. Todo ello en mitad de un enorme despliegue de la Armada, con la visita del navío escuela de caballeros guardiamarinas "Juan Sebastián de Elcano", junto a la fragata "Cataluña" .

Casi 17 años después, Álvarez-Cascos ya no es del PP, ni ostenta cargo en el gobierno. Y ha fundado un partido que manda en Gijón, pero al que le cuesta dar su apoyo explícito para que la ciudad acoja su primera gran jura de bandera para civiles. Aquellos que le siguieron en la ciudad más grande de Asturias en su empresa de Foro no parecen hacer gala del mismo solemne patriotismo que un erguido Álvarez-Cascos demostró en 1999.

O, al menos, eso sospechan algunos ciudadanos. La iniciativa de la jura de bandera está a la espera de la confirmación de aprobación del gobierno local, una vez que Delegación de Defensa ya cuenta con más de cien solicitudes de civiles para participar en el acto. Las suficientes para hacerlo realidad. En un principio, el edil de Seguridad Ciudadana se mostró a favor del mismo, pero después durante semanas ha reinado el silencio. Los temores se dispararon entre los que apoyan la iniciativa, por la habitual actitud del gobierno local de no desairar a Xixón Sí Puede -marca local de Podemos- para no azuzar un posible pacto de izquierdas -con IU y PSOE- que arrebataría la alcaldía a Moriyón (Foro).

Hasta ahora, las reticencias de XSP a juntarse con el PSOE han mantenido en el poder, pese a estar en minoría, a Foro, que siempre ha tratado de corresponder en todo lo posible a los podemistas. Y hay quien dice que en el seno de la junta de gobierno, que siempre ha buscado apartarse de la etiqueta de "derecha" y del PP, la Alcaldesa y alguna otra edil han mostrado temor a que la aprobación de una jura de bandera para civiles moleste a los podemistas.

Lo evidente es que Aparicio, concejal de Seguridad Ciudadana, ha tardado semanas en volver a contactar con los organizadores del acto, que tienen la mosca detrás de la oreja por la tardanza en el visto bueno municipal, único requisito pendiente. Ahora, les ha comunicado extraoficialmente que la jura saldrá adelante, aunque seguramente meses más tarde de lo pretendido por sus promotores. Tampoco pasará por junta de gobierno porque "no hace falta". Cuanta más discreción, mejor.

Menos problema tuvo el fundador de su partido, Francisco Álvarez-Cascos, para presidir con gestos de gran orgullo la jura de bandera de 1999, eminentemente militar, aunque con presencia muy restringida de civiles. Medio centenar de ellos pudieron mostrar sus honores a la enseña nacional en El Musel aquel día. Siempre bajo la atenta mirada de Cascos, al frente del acto y ubicado junto a otras autoridades políticas, como las socialistas Paz Fernández Felgueroso, entonces alcaldesa, o María Jesús Álvarez, que era presidenta de la Junta General del Principado.

Entre los privilegiados civiles que juraron bandera estuvieron Pilar Fernández Pardo, que era concejala del PP; Eliseo Soto, constructor; Luis Ángel Varela, expresidente del Grupo Covadonga; Eloy Calvo, expresidente del Sporting; o Guillermo Quirós, presidente de la Cámara de Comercio. Mercedes Fernández, actual presidenta del PP de Asturias, también estuvo presente.

Ahora, un grupo de ciudadanos quiere impulsar una gran jura de civiles, sin restricciones. De hecho su objetivo es superar a la más multitudinaria celebrada hasta ahora, que tuvo lugar en Barcelona, con 650 jurandos. Entre otros fines, buscan mostrar respeto por la enseña nacional y desvincularla de significado político alguno. Pero parece que a algunos partidos les cuesta manifestar públicamente querencia por la enseña nacional. Aunque su fundador presidiese en su día una gran jura.

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