Los geólogos que forman parte del Observatorio de la Playa de San Lorenzo garantizan que "prácticamente está asegurado el uso cómodo" del principal arenal gijonés este verano. El Ayuntamiento tan sólo realizará una "actuación blanda", según anunció la Alcaldesa, Carmen Moriyón. Intervención similar a la ejecutada hace dos años y que consiste en el trasvase de arena desde la zona intermareal -la que queda descubierta en bajamar y cubierta en pleamar- hacia el Tostaderu, lugar muy concurrido por bañistas y donde ha aflorado la roca por acción de la desembocadura del río Piles.

"La arena se moverá dentro de la misma playa, el próximo lunes o martes, para que sea rápido y se causen las mínimas molestias posibles. Es la única necesidad inmediata que se detectó fruto de los análisis de cambios en el arenal. Esperamos a esta parte final de mayo porque todavía podía venir algún temporal de lluvias. Nos movemos en un pequeño margen de tiempo", explicó Moriyón a la salida de la reunión del Observatorio de la Playa.

La Alcaldesa aseguró, asimismo, que el arenal contará con el mismo número de casetas que el año pasado: 125. Los singulares elementos que caracterizan a la playa gijonesa volverán así a dar colorido a uno de los grandes atractivos de la ciudad.

Todo ello es posible porque los geólogos que forman parte del Observatorio, encabezados por Germán Flor, recalcan que "de cara al uso durante el verano se va a disponer de una superficie de arena amplia y bien regularizada, de manera que prácticamente está asegurado un uso cómodo en la playa de San Lorenzo". Flor no calcula qué cantidad de arena será necesario mover, pero explica la actuación en términos aproximados. "Harán falta cuarenta o sesenta centímetros de grosor de arena a lo largo de una banda que será de unos 200 o 300 metros cuadrados. No es mucho más", señaló.