Recordando su larga y fructífera vida, marcada por el compromiso social que enraizaba en su profundo cristianismo, se despidió ayer en la iglesia parroquial de San José a Carlos Sánchez García. Filántropo y hombre entregado a la comunidad, al que Gijón en vida dedicó una calle del barrio de El Coto, que falleció el pasado viernes a los 104 años.

Con un templo lleno de amigos que querían dar un abrazo de consuelo a su amplia familia, sobre todo a los cinco hijos -Pilar, Charo, Carlos, Ángeles y Begoña- fruto del matrimonio con María Pilar Marín Aldasoro, de la que enviudó hace unos años, se rendía homenaje a quien fuera durante años director administrativo de Cristalería Española y, sobre todo tras su jubilación, miembro muy activo de la Asociación Gijonesa de Caridad-Cocina Económica, la Adoración Nocturna -fue presidente durante diez años-, la Asociación de Amigos de Covadonga, cofundador de la entidad Hermano a Hermano -que buscaba soluciones para casos urgentes de vecinos con carencia de medios- y patrono y miembro fundacional de Proyecto Hombre en Asturias. Fue consejero de Acción Católica y suyo es el libro titulado "Cincuenta años de historia de los hombres de Acción Católica", además de volcar sus inquietudes culturales en la asociación Ateneo Jovellanos. Con unanimidad quienes le conocieron describen la "bondad y fortaleza" de un vasco afincado en Gijón desde hace casi cuarenta años, al que ayer se despidió antes de que sus cenizas reposen en el panteón familiar del Cementerio de Derio, en Bilbao. "Se va a su pueblo, a su tierra, pero su recuerdo queda con nosotros", manifestó el párroco de San José Adolfo Mariño.