La Policía ha registrado ya en lo que va de año 20 denuncias de víctimas del denominado "hurto cariñoso" en Gijón. Ya van más que en todo el año pasado. Los tres últimos casos tuvieron lugar en la última semana por lo que los agentes elevan la alerta y piden precaución ante la presencia en la ciudad de una banda criminal especializada en estos pequeños hurtos al descuido. Sólo en dos de los golpes cometidos en estos últimos días estos ladrones han conseguido un botín de 7.000 euros.

Una portavoz de la Comisaría de El Natahoyo explicó ayer que las víctimas de este tipo de delitos suelen ser hombres de avanzada edad "que son abordados por mujeres que se muestran cariñosas con sus víctimas y buscan el contacto corporal dándoles un abrazo". Aprovechan este acercamiento "para apoderarse de las joyas que llevan puestas los denunciantes". La Policía asegura que estas delincuentes "son tenaces e insistentes ante la posible resistencia de las víctimas pero no utilizan la violencia". Los investigadores explican que los ladrones "actúan con tanta rapidez que no dejan pensar a sus víctimas". Generalmente estas mujeres van acompañadas de varios hombres que las esperan a bordo de un vehículo en el que huyen tras conseguir el botín.

Uno de los últimos episodios de "hurto cariñoso" tuvo lugar en El Coto. Una mujer se bajó de un coche para preguntarle a un vecino del barrio por la ubicación de Tazones. Una vez que consiguió la información la mujer quiso agradecer el gesto del viandante colocándole una cadena al cuello, momento que aprovechó para quitarle el cordón de oro que llevaba colgado. Las delincuentes le sustrajeron a otro vecino de La Arena un reloj de oro valorado en 4.000 euros. Un tercero denunció hace días el robo de otro reloj valorado en 3.000 euros que le habían quitado mientras le daban "besos y abrazos" en la Plazuela de San Miguel.

Desde las dependencias de la Policía Nacional de Gijón insisten en que estos días los agentes han intensificado la búsqueda de los delincuentes "pese a que las descripciones aportadas por las víctimas son vagas e imprecisas". Los funcionarios recomiendan a los mayores "mucha prudencia a la hora de hablar con desconocidos".