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MONTSERRAT SUÁÑEZ | Escritora, presentó ayer "La leyenda del enmascarado"

"Cuando hago novela histórica me gusta experimentar, y por eso mezclo géneros"

"'La leyenda del enmascarado' transcurre en Occitania a principios del siglo XIII; es un relato de amor oscuro con el fondo de la herejía cátara"

La escritora gijonesa Montserrat Suáñez, ayer. MARCOS LEÓN

Acaba de ganar el premio "Alexandre Dumas" de novela histórica por su segunda obra, "La leyenda del enmascarado" (MAR Editor), que presentó ayer en el Centro Municipal de El Coto y de la que hablará el próximo día 13 en Avilés. La gijonesa Montserrat Suáñez (1957) vuelve a mirar hacia el otro lado de los Pirineos para hilvanar su relato sobre el fondo de un acontecimiento histórico que sigue interesándonos pese a los siglos transcurridos: las ideas de los cátaros y la cruzada a sangre y fuego con que fueron sometidos por una Iglesia medieval y oscurantista. La escritora habló con este periódico de sus dos pasiones.

-Feliz, supongo, con la concesión del premio "Alexandre Dumas"...

-Sí, sí, claro, es algo que no se consigue todos los días. Y me gusta especialmente este premio porque soy muy admiradora de Alejandro Dumas. Me viene de perlas, la verdad. En uno de los blogs utilizo precisamente el seudónimo de Diana de Méridor, que es un personaje de Dumas.

-¿Qué cuenta en "La leyenda del enmascarado?

-Es una historia que transcurre en Occitania, a comienzos del siglo XIII. Es, sobre todo, una historia de amor oscuro con el trasfondo de la herejía de los cátaros y la cruzada albigense. Se ven los procesos inquisitoriales. Los protagonistas son el típico caballero occitano culto, trovador, refinado, y el característico señor feudal que quiere apoderarse de mujer y tierras de su adversario. Para ello lo acusa de practicar la herejía de los cátaros.

-¿Por qué le ha interesado especialmente ese momento del sigo XIII?

-Pues porque conviven, en ese momento y en ese lugar, dos mundos opuestos: las tinieblas de la Edad Media, con sus supersticiones e ignorancia, junto con un reducto que trata de resistir en Occitania, donde todavía se apreciaba la música y la cultura o se celebraban las cortes del amor. Era brillante y bello. Era un mundo que estaba destinado a ser aplastado por esa oscuridad.

-Hay un interés mantenido por la herejía cátara. ¿A qué cree que es debido?

-Creo que la mentalidad que tenían los cátaros, sin analizamos la época, era sorprendente y fascinante. Hay que pensar que eran feministas, pacifistas... Cuando la Iglesia era profundamente misógina, ellos propugnaban la igualdad de la mujer. Le concedían la misma naturaleza que al hombre. Y aceptaban, por ejemplo, las relaciones homosexuales o el suicidio. Cosas que aún hoy nos llaman la atención. Eran algo así como una especie de rebeldes antisistema.

-La concepción amorosa que hay en las cortes del sur francés de esa época es, sin embargo, la que acaba triunfando.

-Sí, combinaba espiritualidad y erotismo. Sentimientos que después pasaron al romanticismo y todavía perduran, es cierto.

-Una concepción del amor bastante moderna, que hoy entendemos perfectamente.

-En ese tipo de relaciones amorosas, la mujer no era un mero objeto. Tenía una consideración diferente.

-En "La leyenda del enmascarado" mezcla diversos géneros: novela histórica, de aventuras, romántica... ¿Qué es lo que le interesa de esa hibridación?

-Cuando hago novela histórica me interesa experimentar y, por eso, mezclo distintos géneros. Lo que quiero es conseguir un resultado diferente, más personal. En mi primera novela, "La corte del diablo", mezclaba drama y humor para equilibrar una trama de intriga y aventura. Y en este caso me he decantado por lo romántico, por explorar sentimientos y he tratado de ahondar en la belleza formal de las palabras.

-Usted mantiene que la Edad Media, pese a sus tinieblas, aún nos sigue seduciendo. ¿Por qué?

-Es curioso, pero lo que más nos seduce es lo tenebroso, lo gótico. Mi obra tiene por esa razón algunas pinceladas góticas. Son las que yo percibo en la Edad Media. Lo que más nos cautiva es la oscuridad.

-¿Y qué escribe ahora?

-Estoy trabajando en la segunda parte de "La corte del diablo", que me llevará bastante tiempo.

-Sigue con su interés por Francia.

-Sí, Francia me inspira mucho. He sentido desde siempre inclinación por la historia de Francia. Aunque no fuera para escribir novela, he estado siempre leyendo historia de Francia. Me interesa mucho, por ejemplo, la época de Luis XIV, a la que tengo dedicado un blog. Y también la época de Catalina de Médicis y los últimos Valois. Eran tiempos muy interesantes, en los que pasaban cosas, con personajes muy intensos, perversos en ocasiones, pero que, la verdad, dan mucho juego literario.

-Usted estudió Derecho. ¿El interés por la literatura, la historia y el arte surgió después?

-Siempre me he sentido atraída por la Historia, lo que ocurre que no me lo planteaba en plan profesional. Era una afición, una pasión. También por la escritura, que he cultivado siempre. Lo que ocurre que nunca había considerado la posibilidad de publicar lo que escribía. Al abrir los blogs, vi que tenía muchos seguidores que utilizaban lo que yo escribía, así que me animé a probar suerte.

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