Los estudiantes de la Escuela Politécnica de Ingeniería pisan el acelerador estos días para tener a punto a finales de mes su monoplaza de competición. Se trata de un vehículo eléctrico con el que la Escuela se presentará por primera vez a la Formula Student, una competición internacional nacida en los años 70 a la que concurren universidades de todo el mundo.

Los alumnos han trabajado durante dos años con un equipo de 30 personas de diferentes ramas de ingeniería con el objetivo de poner en marcha un coche de competición con el que correrán en un circuito italiano y en Montmeló. Será la culminación a todo el proceso de diseño y fabricación, para competir en la modalidad de monoplazas eléctricos junto a media docena de universidades españolas.

Los estudiantes han creado un coche con un chasis muy equilibrado, con el diseño basado en las ruedas, dinámico y equilibrado areodinámicamente, con muchas piezas impresas en 3D que nos diferencian", relataba ayer Mario Ramos. Además, han utilizado materiales nuevos como "el nylon con fibra de carbono que es algo que no usa nadie, y también fibra de lino para la carrocería, una fibra natural que contamina menos que el carbono".

Para ser la primera vez que compiten y a la espera de los resultados en pista, "estamos muy satisfechos", aseguran los alumnos, en el último empujón para acabar de dar forma a un coche en el que han empleado más de 45 metros de cable, más de 210 piezas originales diseñadas por ellos y un motor de 136 caballos de potencia que "cabe en una caja de galletas". Todo un reto que esperan rematar a los mandos. A toda velocidad.