El Albergue Covadonga atendió el año pasado a casi mil personas -918 concretamente-, a las que prestó alojamiento temporal. Un total de 391 de estos solicitantes acudían por primera vez en 2015 al Albergue. La institución benéfica tramitó 3.221 demandas de ingreso en ese mismo período. Sus instalaciones registraron una ocupación media del 92 por ciento. Los números son importantes y reflejan el trabajo de una fundación que quiere ir a más. Los responsables del Albergue aprovecharon ayer la presentación de su memoria anual del año pasado para anunciar la puesta en marcha en las próximas semanas de un nuevo servicio de auxilio a familias en riesgo de exclusión.

Se trata, tal y como explicó Cristina Avella, directora de la Fundación Albergue Covadonga, de dar una respuesta rápida a las familias sin recursos. "Será un acogimiento temporal de entre dos y 15 días que tiene como objetivo que estas personas no se queden en la calle mientras la Fundación Municipal de Servicios Sociales les busca una solución", afirmó Avella. El Albergue afronta este nuevo reto gracias al espacio que quedó libre en su edificio tras el traslado de las instalaciones de Proyecto Hombre al nuevo centro social de El Natahoyo. La idea es acoger todo tipo de situaciones: desde personas que han sido desahuciadas a quienes han sufrido un incendio en su vivienda habitual.

"Durante el 2015 llevamos a cabo la segunda fase de las obras y pudimos ampliar plazas aunque es cierto que muchos meses acogíamos a menos gente e incluso tuvimos que derivar a algunos usuarios a pensiones porque los trabajos de remodelación nos obligaron a cerrar algunas habitaciones", explicó Avella. En total los responsables del Albergue se vieron obligados a derivar a 28 personas que realizaron 121 estancias. Una vez concluidas las obras -a las que se le quedan "pequeños remates", por ejemplo en el sistema de calefacción del inmueble que se afrontarán a lo largo de los próximos meses-, la institución ya puede a día de hoy funcionar a pleno rendimiento con sus 87 plazas.

El Albergue Covadonga "estrenó" el año pasado -en concreto en octubre-, un centro de baja exigencia nocturno en el que en poco más de dos meses se registraron 961 pernoctaciones. "Con este servicio queríamos que se pudiera dar un alojamiento a quienes no pueden entrar en el Albergue Covadonga. Creemos que con el centro de baja exigencia hemos conseguido el reto de que quién no quiera dormir en la calle no tenga que hacerlo", señaló Lorenzo Mariñas, Presidente de la Fundación Albergue Covadonga. El centro de baja exigencia diurno se consolidó en 2015. Sus números también reflejan el drama de quienes no tienen un hogar al que acudir. Los voluntarios y trabajadores de este servicio ofrecieron 13.714 duchas y 4.076 servicios de lavandería en sólo un año.

El máximo responsable del Albergue gijonés aprovechó su intervención para agradecer su dedicación a los trabajadores, las cinco religiosas y los 87 voluntarios que cada día trabajan para atender a los usuarios. "Aquí tan importante es la obra como la manera en la que se hace", relató. "Las cifras no son lo importante. Sobre todo, hemos atendido a personas, las hemos escuchado, acogido, cuidado, confortado, hemos reído y llorado con ellas, hemos defendido su dignidad y hemos aprendido de ellas. Y así queremos que siga siendo. No queremos ser máquinas expendedoras de comidas, camas o duchas", enfatizó Mariñas haciendo hincapié, además, en que la institución que preside está ya preparada para el verano, una época en la que aumentan las pernoctaciones de personas sin hogar.

"Nos preocupa por la tendencia de años anteriores. Julio suele ser un mes muy complicado pero es cierto que a día de hoy tenemos más recursos para atender las necesidades de los usuarios. Estamos listos para un aumento de la demanda", señaló Cristina Avella.