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Asuntos polémicos del primer año de la nueva corporación

La Corporación enrevesada

El tentetieso municipal hace equilibrios entre un gobierno forista en minoría y un Pleno con una izquierda en mayoría pero dividida, al tiempo que se enfrenta al plan de vías, la paralización de la depuradora, la contaminación y el PGO

Contaminación. La nube de carbón sobre la playa. MARCOS LEÓN

Aquel 13 de junio de 2015 llovió a mares en Gijón. Llovió mientras los 27 hombres y mujeres elegidos unas semanas antes por los gijoneses en las urnas para representarles se convertían en concejales del Ayuntamiento de Gijón. Llovió mientras la forista Carmen Moriyón, como cabeza de lista de la fuerza más votada, repetía al frente de la Alcaldía al no haber conseguido ningún candidato la mayoría absoluta en una primera vuelta. Llovió, llovió y llovió tanto que locales y negocios de la ciudad se inundaron. Aún no tenía un minuto de vida la nueva Corporación y ya había un lío que resolver sobre la mesa. No iba a ser el último, ni mucho menos.

Los líos dentro y fuera de la Casa Consistorial han marcado el día a día de este primer año de vida de un Ayuntamiento enrevesado, que al tiempo que debía dar respuesta a las necesidades de una ciudad en crisis ha tenido que aprender a convivir con una nueva y complicada realidad interna. Gijón lleva un año gobernada por una regidora de derechas apoyada por un gobierno en minoría frente a un Pleno donde la mayoría está en una izquierda a tres bandas que no consiguió ponerse de acuerdo para gobernar. Moriyón intenta mantener el equilibrio sobre este tentetieso que se balancea a izquierda y derecha siguiendo los acuerdos y desacuerdos de Foro, PSOE, Xixón Sí Puede, PP, Izquierda Unida y Ciudadanos. ¿A qué ha tenido que enfrentarse ese tentetieso municipal en su primer año de existencia?

Nuevas caras y nuevas formas de trabajar. Para empezar el Ayuntamiento ha tenido que acostumbrarse a ver nuevas caras en los pasillos y nuevas formas de trabajar. Y no sólo porque de un pleno al mes por la mañana se ha pasado a dos al mes por la tarde. O porque muchos de los ediles eran novatos en la vida municipal, con especial incidencia en grupos como Ciudadanos y Xixón Sí Puede que se estrenaban en la política local, y se han tenido que ir acostumbrado a los ritmos de una maquinaria tan pesada como la del Ayuntamiento con su decena de organismos y empresas. También porque el grueso de esas largas sesiones plenarias son proposiciones que impulsan los partidos de la oposición, que en muchos casos no cuentan con el apoyo de Foro pero que debe ejecutar el gobierno de Moriyón. Un equipo de Foro que, al tiempo, utiliza su soledad en la Junta de Gobierno para gestionar la vida municipal a su entender. Esa fragmentación de partidos, poderes y ámbitos de competencia enreda la vida municipal hasta convertirla en una madeja que no se puede controlar.

Gobierno contra Pleno por las dietas. No hay que mirar muy atrás para ver dónde acaban estos desencuentros entre gobierno y oposición: en el juzgado. Allí han ido los ediles de Foro -primero en grupo al contencioso y ahora de uno en uno como presidentes de las empresas al mercantil- para bloquear una decisión tomada por el resto de los grupos en el Pleno y que impide a los ediles con algún tipo de sueldo cobrar por asistir a consejos de administración de entidades de titularidad municipal. Una situación que fue denunciada por el PSOE al volver a los órganos gestores de las sociedades del Grupo Ayuntamiento. Hay que recordar que en el anterior mandato de Foro, con el apoyo del PP, se bloqueó la participación de la oposición de izquierdas en estos consejos. Una dieta de asistencia son 138 euros.

Otras reglas para jugar al mismo juego. A lo largo de este año también se ha vivido en una vorágine de cambios en el trabajo interno del Ayuntamiento. Muchos de ellos impuestos desde la oposición a través del Pleno. Se está remodelando el propio reglamento de funcionamiento del Pleno y se ha hecho un gran esfuerzo para cambiar la fórmula de contratación, incluyendo cláusulas de tipo social que minoren el impacto de un efecto subasta al mejor postor que no siempre ha tenido buenos resultados. Sólo hace falta mirar a las calles Aguado y Marqués de San Esteban para concluir que lo barata sale caro. En diferente grado de ejecución están las anunciadas reformas de las ordenanzas de convivencia, contaminación atmosférica o transparencia y buen gobierno. O los planes de infancia, equipamientos deportivos, movilidad sostenible... Aunque el plan de todos los planes es el Plan Estratégico de Gijón (PEG), que acaba de concluir su fase de desarrollo tras meses de demora. De hecho, el plan debía iniciarse en 2014. Se ve que no pudo ser.

Medallas de honores entre críticas. La madeja del lío político se ha enmarañado a la mínima oportunidad. Un ejemplo. Por primera vez en el pleno donde se vota a las personas o instituciones con derecho a lucir una medalla de la ciudad se vio a ediles levantar la mano en contra de un candidato. Nunca el desencuentro había salido de la intimidad de las mesas de negociación. Esta vez sí. Ciudadanos y PP, tras pedirle a la Alcaldesa reconsiderar la situación, votaron en contra de la medalla que Xixón Sí Puede solicitó para el colectivo antidesahucio de Gijón. Hubo medallas para todos pero no aplausos. Las lágrimas de Quini, recién nombrado, hijo adoptivo de la ciudad, consiguieron menguar la tensión del momento. Aunque es posible que se repita el próximo día 29, San Pedro, en el acto oficial de entrega de las medallas.

Plan de choque, el primer encuentro que acabó en desencuentro. El paso del tiempo ha convertido al denominado plan de choque en el mejor ejemplo del juego de encuentros y desencuentros que se vive en este liado Ayuntamiento. Nada más empezar el mandato los portavoces de los seis grupos municipales se sentaron a la mesa y pactaron un plan con diez millones de euros para apoyar a los gijoneses más necesitados. Ayudas para llegar a la pensión, para acceder a un trabajo, para que los escolares tuvieron también comida garantizada en verano, para material escolar, para pagar luz y gas... El retraso en la puesta en marcha de todos estos programas y el bajo nivel de ejecución en muchos de ellos han menguado la eficiencia y, sobre todo, la rapidez, que se le suponía al plan. ¿Culpables? La oposición tiene claro que el gobierno y el gobierno las reparte con la oposición.

Líos en euros: de la prórroga a la regla de gasto. No ha tenido suerte el gobierno de Carmen Moriyón con la economía municipal. Y no por falta de ingresos. Más bien por falta de gasto. Si algo ha marcado el cierre de cuentas del último ejercicio, y las críticas de la oposición, ha sido el alto volumen de dinero que se ha quedado en la hucha municipal. Incluida el área de servicios sociales. Bueno, no en todas. Divertia está en causa de disolución y necesita una aportación extraordinaria del Ayuntamiento si quiere equilibrar su estado financiero y cumplir con sus proveedores. Las pérdidas de los conciertos de Elton John y Lenny Kravitz y el desfase del Festival de Cine fueron las puntillas. Pero se han planteado problemas mayores. A principios de año cuando Foro vio como los partidos de la izquierda le tumbaban en el Pleno su presupuesto por lo que el Ayuntamiento vive en una situación de prórroga que ha generado ya dieciséis modificaciones presupuestarias y asumir dos nuevos préstamos: uno de 22 millones para inversiones y otro de 9 para gastos generales. Y otra hace unas semanas cuando el cierre de la cuenta general de 2015 evidenció que se había incumplido la regla de gasto que impone la ley de estabilidad presupuestaria. Gijón se ve abocada a presentar en unas semanas un plan económico financiero a dos años ante su tutor económico, el Principado de Asturias.

Luz verde inicial Plan General. Aún queda mucho camino por recorrer pero el Pleno, con la oposición del Grupo Socialista, dio su aprobación inicial en febrero a un nuevo Plan General de Ordenación (PGO). Una de las decisiones más importantes que puede tomar un Ayuntamiento y, en el caso de Gijón, una necesidad tras verse retrotraído el urbanismo local a 1999 tras la anulación judicial de los dos anteriores planeamientos urbanísticos. El reciente final del periodo de información pública deja 1.426 alegaciones ciudadanas que responder. Aunque parecen quedar lejos las "marchas verdes" de la zona rural aún hay muchas quejas que atender. Desde el malestar de Cabueñes porque se mantenga el crecimiento de la zona hasta la exigencia de garantizar la vida económica del Natahoyo.

El plan de vías acumula fracasos técnicos y económicos. Comprobar que a nadie le interesaba comprar el suelo liberado de las vías que puso a la venta Gijón al Norte en pleno centro de la ciudad fue el último jarro de agua fría que cayó sobre el plan de vías que lleva esperando la ciudad más de una década. Ni se vendieron las fincas que iban a llevar 70 millones a la hucha de Gijón al Norte, ni nada se sabe de la reestructuración del proyecto diseñada antes de la anterior campaña electoral nacional por PP y Foro donde la estación intermodal pasaba al entorno del Museo del Ferrocarril. Puestos a buscar una alegría entre tanta decepción se puede festejar que hay una zona verde nueva en El Humedal. Aunque tampoco faltó la polémica cuando el Pleno decidió ponerle el nombre de Jardines del Tren de la Libertad por el movimiento feminista que luchó contra el cambio de la ley del aborto impulsada por el PP nacional.

Malas aguas al Este, malos humos al Oeste. A la nueva Corporación también le han estallado en las manos pleitos que venían de antiguo, que mueven muchos millones de euros y que afectan al trabajo de varias administraciones. Sin olvidar la situación del puerto de El Musel o la regasificadora, el último drama se escenifica en la zona Este a partir de la sentencia del Supremo que abre la puerta a la demolición de una depuradora recién acabada y que ha costado cerca de 40 millones de euros. Cierto que el Ayuntamiento no es la administración competente, pero cierto también que el problema se queda en Gijón generando la contaminación de unas aguas a las que se vierte sin depurar, y sin pretratar. La otra imagen de los problemas de contaminación que han afectado a la ciudad en los últimos tiempos se vio en la zona Oeste en forma de nube de carbón. El Ayuntamiento tiene en marcha una serie de iniciativas para intentar controlar una situación que ha hecho estallar a los vecinos.

Francisco Eiriz en el lote de la herencia de Foro. A Foro en estos casos le ha tocado lidiar con la herencia recibida de otros gobiernos pero sus cuatro años de mandato previo ya le están pasando factura. El gobierno forista tiene su propia herencia negra a la que hay que hacer frente entre todos. Algo saben de ello los vecinos de la calle Francisco Eiriz, en el barrio de Jove. Ellos fueron los primeros beneficiarios del plan para la rehabilitación de barrios degradados del que tanto presumió el equipo de Carmen Moriyón en su anterior mandato. Y para ellos se está negociando ahora una línea específica de ayudas municipales ya que esas grandes subvenciones recibidas desde el Ayuntamiento les están costando la pérdida de ayudas sociales y que se disparen los pagos a Hacienda en la campaña de la renta. Los recién llegados a la Casa Consistorial ya han tenido ocasión de "meter la pata".. Xixón Sí Puede la metió, y volvió a sacarla entre disculpas, tras soliviantar a los vecinos de de La Merced al querer dar el nombre de esa calle al exalcalde José Manuel Palacio.

Carmen Moriyón se pone al mando. En ese Ayuntamiento enrevesado al máximo Carmen Moriyón ha dado un paso al frente y asumido a título personal dar solución a los problemas. Aquel "de eso me voy a encargar yo" que sentenció en un Pleno para indicar que se ocuparía de frenar las irregularidades en las obras de las calles de la ciudad que sacaban de quicio a vecinos y comerciantes ha quedado para la historia. Moriyón se puso al frente de las obras pero también de la lucha contra la contaminación y cada vez que un colectivo vecinal recurre al Pleno para quejarse de su problema quiere una cita con la Alcaldesa. No le vale un concejal. Ese estilo tan personal de Moriyón no gusta a todos. El último en demostrarlo fue el edil popular Pablo González tras ser invitado por la regidora, con quien acababa de tener unas palabras, a irse. "Será la alcaldesa, pero no es mi madre", le espetó el edil antes de marchar. Así termino el último Pleno del primer año.

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