Con el himno de la Virgen de Covadonga finalizó ayer, en la iglesia parroquial de San Julián (Somió), el funeral por el eterno descanso de Dominica Figaredo Sela (viuda de Juan Alvargonzález González de la Buelga, quien falleció en abril de 2013 a los 93 años de edad), al que acudió una amplísima representación de la sociedad gijonesa y asturiana, especialmente del mundo de la empresa y de los negocios navieros, al que siempre estuvo muy vinculada y está la familia Alvargonzález.

Los restos mortales de Dominica Figaredo Sela, quien falleció el pasado viernes, a los 94 años de edad, tras un empeoramiento de su estado de salud, habían recibido cristiana sepultura con anterioridad al oficio religioso en el panteón familiar del cementerio municipal de la parroquia rural de Deva.

En los primeros bancos del templo parroquial de Somió tomaron asiento los hijos y familiares más próximos de Dominica Figaredo Sela, al frente de quienes estaba el hijo varón mayor: Juan Alvargonzález Figaredo.

Oficiaron el funeral el párroco de San Julián, Luis Manuel Muiña; el rector de la basílica del Sagrado Corazón de Jesús (la Iglesiona), Álvaro Iglesias Fueyo, y el jesuita Santiago Nájera-Alesón, que era sobrino de la finada. El oficio religioso fue cantado por una soprano acompañada al piano por María Elena Felgueroso.

Dominica Figaredo Sela era hija del ingeniero de minas Vicente Figaredo Herrero y de Ángeles Sela y Sela, apellidos todos ellos de raigambre en la historia industrial y empresarial de Asturias desde el siglo XIX, que entroncaron con otro de los más antiguos de Gijón: Alvargonzález, familia de la que existen documentos sobre su vecindad en la villa ya en el siglo XV. Juan Alvargonzález González de la Buelga y Dominica Figaredo Sela tuvieron once hijos.