"Limonero I" y "Tuna", semental y vaca joven, ambos hijos de "Lucero" y de tipo culón, se impusieron ayer en el primer concurso comarcal de la raza asturiana de los valles celebrado con motivo de la Feria de San Antonio. Pero los verdaderos protagonistas de la tarde fueron "Gandul" -un toro de 1.800 kilos ya famoso tras haber sido elegido para hacerse la foto de Ternera Asturiana con la primera plantilla del Sporting- yla pequeña Ainhoa, una pequeña de 4 años que sufre el Síndrome de Rett, una enfermedad de las consideradas raras que se da, sobre todo, en las niñas.

En España hay unos 2.500 casos que se presentan aproximadamente en uno de cada 15.000 nacimientos. No hay tratamiento ni cura para esa dolencia, pero sí cuidados paliativos. Las consecuencias de este síndrome son un retraso grave en la adquisición del lenguaje y de la coordinación motriz, además de otras consecuencias que afectan a las capacidades físicas y mentales. La equinoterapia es uno de esos cuidados que hacen mucho bien en estos pequeños. Y en esas andaba Ainhoa hasta que su madre, la ganadera Marta Vega, con explotación en Calavero (Illas), encontró a "Gandul", un animal de 1.800 kilos que destaca por su perfecta fisonomía y, sobre todo, su carácter noble.

Así, no es extraño ver a Ainhoa subida a lomos de "Gandul", quien, visto lo visto, parecía guardar para sí mismo un alma de caballo que terminó por confesar a su querida Ainhoa.

Reivindicación ganadera

El concurso de la asturiana de los valles sirvió para reivindicar la importancia del sector vacuno asturiano. "Chavales, quedáos con las ganaderías. Esto es el futuro", animó el juez del certamen, Manuel Ángel Álvarez por la megafonía del ferial. El concurso puso punto final a la Feria de San Antonio, que también acogió la XXXVIII competición regional de la raza frisona y una serie de mercados.

De esta forma, la jornada dominical quedó reservada de nuevo para las vacas y, esta vez sí, los toros. "Limonero I" y "Tuna", vencedores en la categoría de toro y vaca culones, dieron una alegría a Jesús Fidalgo, quien tiene su explotación, con 190 cabezas de ganado, en Pruvia (Llanera). "Es un privilegio ya que son animales que han sido criados en casa, descendientes de madres y abuelas que también han pasado por las manos de mi familia", apuntó el ganadero, quien apenas lleva cuatro años dedicándose de manera profesional a la crianza de estos animales pero que en realidad lleva viviendo con vacas y toros desde niño. "Llevo toda la vida", resumió. Sobre el certamen celebrado ayer, el primero, Fidalgo consideró que "tiene que mantenerse". "Deberíamos potenciar nuestra raza de todas las formas posibles, que es una de las más importante. Este tipo de encuentros genera mucho interés", agregó.

El cuadro de honor se completó con otros cuantos nombres de animales. En la categoría de ternera culona, la triunfadora fue "Picota", de la ganadería gijonesa de Roberto Meana. En las categorías normales -animales no culones-, la mejor vaca fue "Camila", perteneciente a la explotación gozoniega de Manuel José Vega Blanco. En toros, "Castizo", propiedad de María Josefa Clara e Isabel González Herrera, se impuso a su compañero "Nerón". La mejor criadora de asturiana de los valles normal fue Marta Vega; mientras que en la categoría "culona" destacó el rebaño de Juan Manuel Vallina, de Santurio.