El viento fue protagonista durante buena parte de la jornada de ayer en la costa gijonesa, donde causó algunos sobresaltos sin mayores consecuencias.

En El Musel se levantaron nubes de polvo de carbón de forma puntual, que obligaron a poner en marcha una operación de riego con aspersores y cubas en la terminal de graneles y la zona de acopio de carbones. Aún así, las rachas más fuertes de primeras horas de la mañana levantaron algunas nubes de mineral que se dejaron ver desde buena parte de de la ciudad.

Las fuertes rachas de viento registradas durante la mañana dejaron tras de si algunos cascotes, como los caídos en el edificio del restaurante El Globo en la calle Julio Somoza. No hubo que lamentar daños personales, únicamente una parte del alero del tejado desprendida por la acción del viento, que llegó a alcanzar rachas de 48,3 kilómetros por hora, según los registros.

El aire tumbó también un árbol en la plaza del Humedal, que se precipitó a la calzada y obligó a cortar dos carriles de Sanz Crespo. El tráfico quedó interrumpido unos instantes, mientras un camión de bomberos y personal de Emulsa retiraban el tronco t las ramas de la calzada.

En la zona de Poniente los paseantes se encontraron con una molesta nube de arena procedente de la playa, con una neblina de polvo en suspensión que llegó a la zona de tránsito de los peatones e impidió que el arenal se llenara de visitantes como en días anteriores.

La previsión de la Agencia Estatal de Metorología para hoy es de rachas más flojas, de apenas 30 kiómetros por hora en la costa durante la tarde. En cambio se espera que se puedan producir precipitaciones.