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España se les quedó pequeña

El IES Nº 1 supera los mil alumnos enviados al extranjero en los últimos 26 años para realizar prácticas en empresas europeas dentro del programa "Erasmus+"

España se les quedó pequeña ÁNGEL GONZÁLEZ

Apenas habían cruzado el puerto de Pajares un par de veces en su vida y ahora España se les queda pequeña para desenvolverse en el mercado laboral. Los alumnos de Formación Profesional (FP), en grado medio y en grado superior, del IES Nº1 de Gijón, se sienten privilegiados y llenos de gratitud al retornar a casa tras vivir la experiencia "Erasmus+" que desde hace 26 años les ofrece el centro. Unas becas que han posibilitado a 1.190 estudiantes del instituto de FP la realización de prácticas en más de 80 empresas distintas repartidas en varios países de Europa. Hoy celebran una gala especial en la que se les hará entrega, a los alumnos de los dos últimos cursos, del documento "Europass Mobility" que acredita y da prestigio a su formación académica.

Ruth Facal Alvarellos, de 27 años, por ejemplo, eligió Liubliana, Eslovenia, para ahondar en sus conocimientos de peluquería. Iván Fernández Lara, de 20 años optó por Vaasa, Finlandia, para poner en práctica sus dotes al cargo de microsistemas informáticos y redes. La misma localidad del norte de Europa que Irene Lázaro Pariente, de 22 años, aprovechó para conocer otros esquemas sobre la educación infantil. Las prácticas en administración de redes informáticas llevaron a Illán Fernández, de 24 años, hasta Púchnov, Eslovaquia, y a Yoel Centeno, de 21 años, y para su módulo de laboratorio en diagnóstico clínico, a Bulduri, Letonia. Todos ellos, en compañía de otros, protagonizarán esta mañana un acto que servirá para ensalzar la labor educativa de un centro que desde 1990 aumenta el bagaje cultural de sus alumnos. Más de un millar de jóvenes que sitúan al IES Nº1 en el quinto puesto de las instituciones no universitarias a nivel nacional que más estudiantes han enviado al extranjero para sus estancias formativas en los últimos años.

Al quinteto se le nota la madurez al expresarse. Tras cotejar otras realidades y vivir con diferentes culturas, distintas formas de afrontar los retos y vicisitudes que les supone un valor añadido anexo a sus currículos, han ganado en desparpajo y amén de poner en práctica sus conocimientos son capaces de vender que los tienen. Su estancia por Europa les permite partir con ventaja en la ardua tarea de encontrar acomodo laboral aunque se antoje difícil en su país de origen. No es problema. Por todo lo vivido, esta nueva etapa implica cruzar la frontera. "Salir incita a seguir saliendo". Hay quórum en el diagnóstico.

Sus primeros días convirtieron el inglés en el mejor aliado. "Todo el mundo lo habla, desde una persona con 20 hasta otra con 70 años", sostiene Ruth Facal aunque deja claro que no fue la única discordancia con España con la que se encontraron. Las gentes de Finlandia, Eslovenia, Eslovaquia o Lenotia son amables, educados pero muy distantes a la hora de manifestar el aprecio con roces físicos. "Políticamente correctos", aclara Ruth Facal. Es la tónica general de su comportamiento en las relaciones humanas y la primera sorpresa con que se toparon los jóvenes gijoneses al llegar a sus destinos. De entrada es más complicado lograr la complicidad con ellos. Son fríos de primeras, con el tiempo, al percibirte como una persona abierta y receptiva "Un abrazo de un finlandés vale diez veces más que uno aquí", confiesa Irene Lázaro. "Dar dos besos es casi sólo cosa de España aunque el trato siempre es correcto y abierto", aporta Illán Fernández. En esos primeros intercambios de pareceres entre su país de origen y el de recepción les confirmó que los tópicos sobre España eran ciertos. Gastronomía, toros, playa y fiesta. Y por supuesto el clima. "Creen que hace un tiempo increíble", señala Ruth Facal.

Y todas las vivencias son gracias al trabajo de sus profesores. "Es mucho trabajo lo que hay detrás. Los alumnos no ven ese trabajo, ven el resultado, pero lo hacemos con gusto para que se beneficien con ello", describe Mariano Argüelles, jefe de estudios. "De lo que hagan los alumnos allí depende que en los siguientes cursos sigan recibiéndonos", explica Nicolás Resines, profesor que acostumbra a acompañarles cada añño los primeros días. Por ello se requiere, y el quinteto es buen ejemplo, aptitud y actitud a partes iguales.

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