El 80 por ciento de las personas que visitan los museos en España son "visitantes check-in". O lo que es lo mismo, turistas en la mayor parte de las ocasiones que vienen de fuera de la ciudad y tienen como objetivo visitar los museos de referencia para tacharlos de su lista de cosas por hacer. Después, puede que nunca más vuelvan a visitarlos. Ése es precisamente el principal problema al que se enfrentan los encargados de divulgación de las galerías, y por eso "debemos empezar a pensar en el público como un socio, involucrándolo en el diseño y preparación de los programas de actividades".
El llamamiento lo formuló ayer Rufino Ferreras, educador y responsable de actividades en el Museo Thyssen de Madrid, en el marco de las charlas sobre arte que estos días se celebran en Laboral Centro de Arte. Porque "tenemos que ver al público como socio para lograr una audiencia fiel, no podemos olvidar que los visitantes no son objetos, sino que son experiencias y buscan experiencias".
De este modo, Ferreras recordó cómo hasta hace muy poco no se llevaban a cabo actividades para las familias en los museos, una actividad que hoy en día es lo habitual. "Pasamos de realizar una actividad para la familia al mes hace unos pocos años a programar más de 400 al año en los últimos tiempos", indicó el responsable del Thyssen, quien abogó por "un nuevo modelo" en el que la implicación sea pilar fundamental.
Asimismo indicó la importancia de poner en marcha estas estrategias entre los más jóvenes, habida cuenta de que "tenemos que crear audiencia fiel con una vinculación afectiva". Un reto para hacer ver a los visitantes que "son importantes para el museo, deben sentirse protagonistas".
