Destruyendo los historiales médicos de 3.000 laringectomizados de Asturias. En esas anda estos días Encarna Mena, presidenta de la Asociación de Laringectomizados de Asturias, una entidad nacida hace 35 años a la que le ha llegado su fin.

Tras mucho tiempo buscando un relevo para darle impulso a la entidad, a Encarna Mena no le ha quedado más remedio que echar el cierre a una asociación que vio nacer, impulsó, y que ha estado tan asociada a su persona que no ha encontrado quien quiera seguir al frente, una vez que ella ha necesitado echarse a un lado. Atrás van a quedar más de tres décadas de trabajo para lograr la recuperación de la voz de las personas operadas de garganta por un cáncer de laringe, pero que sobre todo ha trabajado por la recuperación personal y por dar ganas de vivir de muchos pacientes. "Esta vez no es una pataleta porque estemos faltos de subvenciones o apoyos. Se acaba la asociación porque no he sido capaz de que nadie se ponga al frente y por mi parte ya son muchos años. Cuando cumplí los 65 empecé a decir que lo dejaba y de eso ya han pasado cinco años más", explica con pesar Mena, a la que en 1992 le fue concedida la Medalla de Plata del Principado por su desinteresada entrega en favor de los enfermos. Una entrega que llevaba visos de ser eterna.