"Coincidimos fuera de un bar. No le conocía de nada pero ahí ya noté las miradas. Cuando fuimos al baño me tocó el culo, intentó ligar conmigo y le agredí. Reaccioné mal pero no soy homófobo y pido perdón". Con estas palabras intentó justificarse ayer ante el juez de lo penal uno de los dos detenidos por la agresión homófoba que tuvo lugar en un bar de Fomento en abril de 2014. El joven admitió haber golpeado a la víctima pero negó que la causa fuera una discriminación por orientación sexual. La misma estrategia que siguió el segundo acusado. "Yo tengo muchos amigos a los que le gustan los chicos", sentenció el joven.

Los argumentos de los imputados no convencieron ni a la Fiscalía ni a la acusación particular, que mantuvieron tras el juicio la petición de una condena de tres años de privación de libertad para cada uno de los detenidos. "Le agredí porque me sentí acosado, no porque fuera gay, no tengo nada en contra de los homosexuales", señaló uno de los acusados durante el interrogatorio al que fue sometido. El abogado defensor admitió que se imponga a sus clientes "una condena por lesiones pero sin agravantes" y pidió que se le aplique a uno de los arrestados el atenuante de actuar bajo los efectos de los estupefacientes. La Fiscalía exige, además de la pena de prisión, que los procesados indemnicen a la víctima con 7.400 euros.

Los funcionarios de la Comisaría que investigaron a los procesados no dudaron en definirlos durante el juicio como dos personas "muy peligrosas". Uno de ellos se encuentra actualmente en prisión cumpliendo condena por otros delitos. "Los testigos decían que a los acusados no les había sentado bien que hablara abiertamente de su homosexualidad", argumentó uno de los investigadores. "La víctima no realizó ningún tipo de provocación", sentenció el agente.

Los tres puñetazos que los imputados reconocen haberle dado al herido en la cara le provocaron al denunciante la rotura de mandíbula. "Sufre secuelas importantes, no puede masticar bien y tiene que tener cuidado al bostezar porque le puede quedar la boca bloqueada", explicó en el juicio un médico forense.

El denunciante relató que había conocido a los agresores poco antes de la trifulca. "Íbamos caminando por la calle con una amiga, nos preguntaron si éramos novios y yo dije que no, que ella llevaba 15 años con su novio y que yo era maricón", relató. Después de negar que "le tocara el culo a nadie" el joven agredido hizo hincapié en las consecuencias que aún a día de hoy sufre como consecuencia del ataque. "Yo nunca tuve ningún problema por mi orientación sexual y me tengo que encontrar con líos a los 30 años pero ahora quiero dar la cara porque creo que debo hacerlo para luchar por la igualdad. Desde que me agredieron no me atrevo ni a darle un beso a un chico por la calle", explicó el agredido.