La necesidad y la sinceridad llevaron el lunes al arresto de un hombre de 40 años que voluntariamente quebrantó una orden de alejamiento que le había sido impuesta con respecto a su propio padre.

El detenido alertó él mismo a los agentes de la Policía Nacional de que se disponía entrar en el domicilio paterno con sus propias llaves a pesar de que conocía que estaba incumpliendo una orden de alejamiento que le prohibía aproximarse a menos de 500 metros de su padre. Al parecer, el hombre señaló a los policías que se personaron en la casa que había regresado al domicilio familiar porque no tenía dónde residir ni dinero para procurarse una vivienda, y que no le importaba regresar a la cárcel, en la que había cumplido pena privativa de libertad durante 16 meses, antes de estar en la calle.

Antecedentes

Tras hablar con los agentes en el interior de la casa fue detenido por quebrantar la orden de alejamiento impuesta por un Juzgado de Instrucción de Gijón. El arrestado tenía detenciones por lesiones, violencia doméstica y delitos contra la salud pública. En la mañana de ayer pasó de nuevo a disposición judicial.