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JESÚS KOCINA PALACIO | EMPRESARIO Y PRESIDENTE DEL CLUB HÍPICO ASTUR (CHAS)

Un médico para un club moribundo

Experimentado empresario, heredó de su padre, afamado doctor, la pasión por el mundo rural y se ha labrado gran prestigio en la cría de caballos de deporte

Un médico para un club moribundo

Su entorno se lo desaconsejaba, pero dio el paso. Jesús Kocina ha asido las riendas del Club Hípico Astur (Chas) con determinación para tratar de enderezar un caballo que vagaba cabizbajo y lánguido por unas instalaciones desoladas, reflejo del mar de deudas en el que naufraga la institución. Otros lo han intentado primero, pero el "caballo" no ha levantado cabeza con ningún golpe de espuela. Hasta ahora, todos los intentos han chocado de frente con una asamblea de socios desunida y en continua disputa.

Pero así es Jesús Kocina Palacio, un hombre emprendedor, al que no le echan para atrás las apuestas arriesgadas. Y gran amante de los caballos. Por ello, no es de extrañar que decidiese embarcarse en la difícil tarea de sacar adelante una entidad hípica histórica venida a menos. Esta semana se enfrentará a su primera asamblea, a la que llevará un acuerdo renegociado con el principal acreedor para solventar la deuda a cambio de la enajenación de 19.000 metros cuadrados.

Nacido el 22 de enero de 1960, es hijo de Jesús Kocina Peruyero y de Esther Palacio Suárez. Su padre era un célebre médico en Gijón, especialista en digestivo y muy notable en el panorama de la medicina. Con una larga lista de méritos: cofundador y presidente de la Academia de Ciencias Médicas de Gijón; presidente de la Sociedad Asturiana de Patología Digestiva; presidente de la Sociedad Española de Medicina Psicosomática, socio de honor de la Sociedad Española de Medicina Psicosomática, premio "Severo Ochoa"...

Jesús Kocina Palacio siguió los pasos de su padre, que siempre quiso que alguno de sus hijos ejerciese la medicina. Sus hermanos mayores -Eduardo y Óscar Kocina- no lo hicieron, puesto que Eduardo optó por buscar su camino en el mundo de la empresa y Óscar, en el negocio de la ferretería. Sin embargo, Jesús, el más pequeño, era el buen estudiante de la familia y no le tembló el pulso a la hora de entrar en Medicina.

De hecho, mientras sus padres enviaron a sus hermanos a Pravia a estudiar, él, con buenas notas, se quedó en Gijón, en el Instituto Jovellanos. Después se licenció en la Universidad de Oviedo y se especializó, siguiendo los pasos de su padre, en medicina del aparato digestivo en la Fundación Jiménez Díaz, en Madrid. El deseo de su padre era que Jesús continuase con su prestigiosa consulta en la calle Corrida. Era un camino seguro para él.

Sin embargo, su hijo quiso arriesgar y hacerse a sí mismo. Ejerció de médico en las Policlínicas Begoña, pero rehusó continuar con la consulta de su padre. Terminó decantándose por emprender y puso la vista en el sector de la geriatría, no ajeno a la medicina.

Su hermano Eduardo, que vivía en Madrid, donde gestionaba su firma de calefacción industrial, le ayudó a iniciarse en el mundo de los negocios, dándole soporte en sociedad. Nació así su empresa de residencias geriátricas, pionera en el sector y el gran éxito de la carrera de Jesús Kocina, con permiso de los caballos que cría en Porceyo.

Compraron el palacio de Caldones, que era de la familia de los Rato. Y se fueron sumando con los años nuevos geriátricos, así como la firma de restauración para los mismos, Visama. Llegó a superar con creces los mil empleados, adquiriendo un bagaje empresarial notable.

Deportista y fan acérrimo de "The Beatles", Jesús Kocina es un hombre al que le gusta cuidarse; con un punto de timidez pese a su valentía para emprender. Discreción y elegancia son dos adjetivos que conjugan muy bien con él. A ello se suma una importante capacidad de sacrificio. Su hermano Eduardo murió en un accidente a los 50 años. Y su vida no ha estado exenta de golpes. Pero Jesús Kocina ha sabido sobreponerse, lo que le ha dado arrojo para afrontar retos como el que ahora encara en el Chas.

Está casado con Arancha Llamas y tiene dos hijas: María, de 27 años, e Irene, de 16 años. La mayor le ha ayudado en la gestión de sus negocios geriátricos, y la menor monta a caballo y hace doma.

Además de la formación médica, Jesús heredó de su padre amor por el campo. Éste, antes de ser reputado médico, trabajaba de labrador en su tierra natal, en Ceceda (Nava). Después se hizo maestro nacional y tras la guerra le dieron la posibilidad de estudiar la carrera de medicina en Salamanca. Pero no se aburguesó en la ciudad y estaba orgulloso de sus orígenes rurales. Así, decidió mantener en Porceyo una explotación vacuna, vendiendo leche a Lagisa, empresa láctea propiedad de Maximino Riera, quien era tío de Eduardo, Óscar y Jesús.

Las vacas terminaron convirtiéndose en caballos de la mano de Jesús hijo, que hizo suya la finca de Porceyo. La reformó, adaptó las cuadras y habilitó picaderos, creando así Hípica de Porceyo. También cuenta con ejemplares en otra finca en Ques (Piloña).

Kocina ha ido vendiendo sus residencias geriátricas a una multinacional, que se interesó por su más que asentada empresa de geriatría. Otras, a las que tiene más apego, como el palacio de Caldones, las ha alquilado, manteniendo la propiedad.

Pero, en definitiva, se ha ido centrando en su yeguada, con una trayectoria creciente, al igual que la de sus empresas de geriatría. Con buen ojo y un gran cuidado de los animales, Hípica de Porceyo se ha labrado mucho prestigio. A algunas monturas les ha puesto el nombre de su empresa. Así, su último gran éxito ha venido de la mano de Visama Parsifal, mejor caballo nacional en 2015, montado por el jinete Álvaro Díaz. Y no es el único, ni mucho menos. Visama Carola se está labrando un nombre en la hípica. Y otros ejemplares criados en Porceyo, como Bill Breaker o Zipper, han conseguido fama en el circuito internacional. Así, el mejor jinete español, el asturiano Sergio Álvarez Moya, está adquiriendo monturas criadas por Kocina.

Jesús Kocina tiene un reto de órdago. Su experiencia en la gestión y conocimiento sobre caballos son sus armas. Ahora falta ver si este médico consigue curar al maltrecho Club Hípico Astur.

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