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LUIS MIGUEL PIÑERA | Escritor, presenta "Domingos en rojo"

"El Día de la Cultura era una romería laica bajo robles"

"Estaba prohibido reunirse, pero los organizadores bordeaban la ley con artimañas para engañar a los poderes públicos"

Luis Miguel Piñera, ayer, con su nuevo libro. ÁNGEL GONZÁLEZ

Luis Miguel "Luismi" Piñera Entrialgo (Gijón, 1951) tiene en su haber treinta libros con su firma en la portada y más de quinientos artículos publicados, así como otras obras escritas con otros autores. Mañana, sábado, a las siete y media de la tarde, presentará al público su último trabajo, en el Centro de Cultura Antiguo Instituto. Lleva por título "Domingos en rojo" y es la primera historia, en forma de libro, del Día de la Cultura que se celebró en la carbayera de El Tragamón (Cabueñes) entre los años 1972 y 1984, que tuvo dos réplicas, en 2013 y 2014, que no fructificaron.

-¿Por qué abordó usted escribir este libro, se echaba en falta una historia completa del Día de la Cultura?

-Pasaron ya treinta y dos años desde la última edición, en 1984, por esa ya hay una perspectiva histórica, un reposo y yo tengo documentación del Día de la Cultura guardada, lo mismo que la Sociedad Cultural Gijonesa... Era el momento oportuno de afrontar este asunto, que es un ejemplo muy emblemático de cultura popular al aire libre en Gijón, con un éxito de gente masivo, más de lo que podemos suponer ahora, con la asistencia de veinticinco mil personas en una de las ediciones, veinte mil en otra, tanto antes de morir Franco como después.

-Pero el Día de la Cultura no nació como una fiesta popular al aire libre sin más, era una reunión "tapada" antifranquista, ¿de ahí su éxito?

-De ahí su éxito hasta que murió Franco, en 1975, pero después habrá que buscar otras razones. En la sociedad que fundó el Día de la Cultura, la Cultural El Natahoyo, y que organizó las primeras fiestas con la Sociedad Cultural Gijonesa, Gesto y la Sociedad Cultural Pumarín, en la directiva había muchos miembros del Partido Comunista en la clandestinidad, por supuesto, y otros que no eran del PC, pero hasta 1977 se organizó con el PC en la clandestinidad.

-Era la fiesta de la izquierda asturiana...

-Es más, José Luis Argüelles, en el prólogo del libro, escribe una cosa en la que yo no había reparado: que las huelgas mineras de 1962 y el Día de la Cultura supusieron dos hitos importantísimos, Argüelles dice que los más importantes, en la lucha contra el franquismo. Era salir al aire libre, entre comillas, de una carbayera y también demandando libertades hasta 1979, cuando llegaron los primeros ayuntamientos democráticos.

-Pero hasta la recuperación de la democracia las autoridades franquistas "permitieron" el Día de la Cultura, ¿gracias a qué?

-Estaba prohibido reunirse, por lo tanto la gente que organizaba el Día de la Cultura lo que hacía era bordear la ley con unas artimañas con las que engañaban a los poderes públicos.

-¿Realmente engañaban a las autoridades o hacían la vista gorda?

-Podemos decir las dos cosas, pero organizadores del Día de la Cultura estuvieron en la cárcel. Pero, de todas maneras, la habilidad de los organizadores, que era gente normal y corriente, hizo que se fuesen ganando espacios de libertad, tanto por la habilidad de esa gente como por la inhabilidad de un régimen que se estaba acabando.

-¿A quién se debe atribuir la idea de organizar el Día de la Cultura?

-A Óscar Roza Riera, que era el vicepresidente de la Sociedad Cultural El Natahoyo, de él fue la idea, y enseguida los demás miembros de la directiva, entre ellos Pedro Sabando, se sumaron a la iniciativa. Fue la Sociedad Cultural El Natahoyo quien organizó el primer Día de la Cultura y, a partir del segundo, ya se fueron sumando otras sociedades, con gente como Merediz, Álvarez Areces y muchos más.

-¿Qué era el Día de la Cultura en realidad?

-Una romería de gaita y tambor, con tonada, comida... Era una romería con un componente ideológico, con unos cantautores muy concienciados todos ellos, como Tito Sánchez Ferlosio, Raimon, Víctor Manuel, Carlos Rubiera, que actuaban por la tarde en una romería laica bajo robles.

-¿Por qué en 1984, dos años después de que el PSOE ganase las elecciones generales de octubre, se acaba el Día de la Cultura?

-El Día de la Cultura notó el problema de la conferencia de Perlora del Partido Comunista de 1978, ya que muchos de los que salieron del partido pertenecían a la organización de la fiesta. Pero en 1984 muchas de las demandas del Día de la Cultura ya estaban en el Ayuntamiento democrático desde 1979, con un alcalde, José Manuel Palacio, y concejales, que habían participado en el Día de la Cultura. Pero no se paralizó por falta de gente, en la edición de 1984 la prensa habla de una asistencia de diez mil personas. No fue por falta de gente o por problemas económicos, que nunca los hubo, como nunca tuvo subvención del Ayuntamiento de Gijón ni de otro tipo. Murió sin traumas y ahí quedó para la historia.

-¿Por qué fracasó el intento de revivir el Día de la Cultura?

-La idea puede ser buena, pero la historia ya no va por ahí. Encima, como se sabe, hubo problemas económicos, que vamos a poner entre comillas.

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