"Injusta y discriminatoria". Así califican los miembros de la Asociación para la Defensa de la Pesca Submarina con sede en Gijón las últimas prohibiciones impuestas por la Consejería de Medio Rural y Pesca por las que especies como la xarda, el pulpo, la lubina, la merluza o el oricio no podrán ser objetos de la pesca deportiva. En primer lugar, sostienen los submarinistas, porque "se trata de especies que nosotros no solemos tocar". Y en segundo lugar, y "más importante", recalcan, "porque nosotros no somos los responsables de que estas especies estén esquilmadas, más bien habrá que preguntar a los profesionales", lamenta Constancio Herrera, presidente de la asociación.

Quienes practican pesca submarina en Asturias (hay 3.000 liciencias concedidas en la actualidad) consideran que el suyo es un colectivo maltratado dentro de la pesca deportiva, amén de los problemas añadidos por las prohibiciones para determinadas especies. Por eso acaban de remitir una misiva al Principado en la que señalan cómo la pesca submarina debería gozar de las mismas condiciones que la pesca de costa o de embarcación. En la actualidad "las licencias que se nos expiden sólo tienen una validez de dos años, cuando el resto de modalidades deportivas la tienen de cinco", señala Herrera. Por eso, los submarinistas reclaman que sus licencias pasen a tener la misma duración, toda vez que "pagamos el doble que los demás", amén de que cada vez que se les renueva tienen que presentar un certificado médico y se les exige además un seguro de responsabilidad civil "que al resto de los pescadores deportivos no se les reclama por increíble que parezca", denuncia el presidente de la entidad.

Los pescadores submarinos consideran que la administración "no hace más que poner trabas a una actividad que genera riqueza en muchos ámbitos", como además ha quedado reconocido en diferentes documentos oficiales. Sin entrar en polémica con los profesionales de la pesca, "queremos sensatez", reclaman.