La nueva dirección de la fábrica de amortiguadores del Alto Pumarín, que Tenneco vendió al fondo de inversión alemán Quantum Capital y que ahora produce bajo el nombre de Vauste Spain, está muy satisfecha con el trabajo que realiza la plantilla de trabajadores, que en su día protagonizó un encierro y una lucha histórica para revertir el cierre de la planta ejecutado por Tenneco. Lo consiguieron y ahora -una vez que la multinacional norteamericana traspasó la propiedad de la planta gijonesa a Quantum- están volviendo a producir por encima de los objetivos marcados.
Tan sólo tres meses después de la llegada de la nueva dirección de la fábrica -encabezada por Fernando Sáez Negrillo- ya superan los 10.500 ejes al mes, cifra que estaba planteada como objetivo de producción. Ello ha valido para que la dirección haya transmitido sus felicitaciones a la plantilla a través de los diferentes supervisores. En la actualidad, 118 personas trabajan en las instalaciones del Alto Pumarín. De esos 10.500 ejes de objetivo, 7.500 son para vender a otras plantas y 3.000 para la producción propia de amortiguadores.
"Llevamos tres meses con producción ascendente", recalca Javier Álvarez, presidente del comité de empresa de la fábrica de Vauste Spain. La producción de la planta va así por buen camino y los nuevos propietarios están obteniendo beneficios desde que llegaron.
En su primer mes, la factoría ya producía por encima de 10.000 ejes, que era por entonces el objetivo, aunque finalmente lo subieron a 10.500. La nueva dirección ha hecho algún cambio de organización, contratando a una persona para gestionar pedidos. Previsiblemente habrá más cambios en la estructura a la vuelta del verano, cuando también negociarán el convenio con el comité de empresa.
Javier Álvarez destaca que "de momento tenemos una relación cordial y hay buena comunicación" con la dirección. Aunque queda pendiente que les expliquen el cambio de producción, dado que Vauste Spain quiere pasar a fabricar piezas de inyección y dejar los amortiguadores en seis años. Aún así pretenden mantener los mismos clientes, dado que la fábrica seguirá orientada al sector de la automoción.
"La plantilla está tranquila, centrada en el trabajo y un poco expectante a tener más información sobre el proyecto del futuro. De momento, los nuevos gestores han entrado con seriedad a la hora de trabajar y a la hora de valorar la situación real de la fábrica. Estos tres meses han sido positivos y hemos ido mejorando mes a mes", señala el presidente del comité de empresa.
Los representantes de los trabajadores y la empresa se reunirán después del periodo vacacional para negociar el convenio. Los empleados esperan empezar a conocer más detalles sobre el cambio de producción, el gran punto que queda en el aire.
